En un interrogatorio preliminar, Francesc Macià, en nombre de todos
los acusados, afirmó que los conjurados representaban "la pervivencia
del espíritu rebelde de la Catalunya oprimida", y pocos días después en
una entrevista para el diario "Le Petit Journal" de París justificó el
intento de invasión: "Catalunya separada de España no solo será más
feliz en el sentido espiritual, sino también en el sentido económico"
(al igual que hoy que sobrellevamos la carga de la politca inutil
española y su funcionariado). Durante la instrucción Macià confesó,
según consta en las actas del juicio, "haber preparado y organizado una
expedición armada para conquistar el poder y proclamar la República
Catalana Independiente".
El juicio comenzó el 21 de enero de 1927 y durante el mismo Macià aprovechó la oportunidad para leer una larga declaración en nombre de todos los inculpados en la que defendió la "causa de Catalunya"
Francesc Macià, gracias a la buena labor de su abogado defensor Henri Torrès, sólo fue condenado a dos meses de cárcel y como ya los había cumplido en prisión preventiva, fue puesto inmediatamente en libertad. Pagó una multa de 100 francos por tenencia ilícita de armas, y fue expulsado a Bélgica.
Garibaldi fue condenado a dos meses de prisión y al pago de una multa de 100 francos, y el resto de los acusados a un mes de prisión y 50 francos de multa. Todos fueron puestos en libertad, porque las condenas eran inferiores al tiempo que habían pasado en prisión preventiva, y expulsados a Bélgica
A pesar del fracaso, el complot tuvo un amplio eco internacional lo que provocó que, según Eduardo González Calleja, cobrara "una inesperada dimensión épica" y diera "origen al persistente mito de l'Avi [Macià], precisamente en el momento de más baja popularidad de la Dictadura y sus cómplices en Catalunya". Macià desarrolló a partir de entonces una febril actividad propagandística de la "causa catalana". En diciembre de 1927 inició un viaje por América Latina, que culminó en Cuba, donde en octubre de 1928 convocó la autodenominada Asamblea Constituyente del Separatismo Catalán, de la que surgiría el Partit Separatista Revolucionari de Catalunya. En la Asamblea se aprobó la Constitución Provisional de la República Catalana y asimismo se decidió que el método de lucha seguiría siendo el alzamiento armado de los catalanes, aunque tras el fracaso del golpe de Estado de enero de 1929 encabezado por José Sánchez Guerra, Macià decidió abandonar el proyecto de una nueva invasión y apostó por organizar una insurrección en el interior de Catalunya, vinculada a las diversas conspiraciones antidictatoriales y antimonárquicas que entonces se estaban tramando.
El juicio comenzó el 21 de enero de 1927 y durante el mismo Macià aprovechó la oportunidad para leer una larga declaración en nombre de todos los inculpados en la que defendió la "causa de Catalunya"
Francesc Macià, gracias a la buena labor de su abogado defensor Henri Torrès, sólo fue condenado a dos meses de cárcel y como ya los había cumplido en prisión preventiva, fue puesto inmediatamente en libertad. Pagó una multa de 100 francos por tenencia ilícita de armas, y fue expulsado a Bélgica.
Garibaldi fue condenado a dos meses de prisión y al pago de una multa de 100 francos, y el resto de los acusados a un mes de prisión y 50 francos de multa. Todos fueron puestos en libertad, porque las condenas eran inferiores al tiempo que habían pasado en prisión preventiva, y expulsados a Bélgica
A pesar del fracaso, el complot tuvo un amplio eco internacional lo que provocó que, según Eduardo González Calleja, cobrara "una inesperada dimensión épica" y diera "origen al persistente mito de l'Avi [Macià], precisamente en el momento de más baja popularidad de la Dictadura y sus cómplices en Catalunya". Macià desarrolló a partir de entonces una febril actividad propagandística de la "causa catalana". En diciembre de 1927 inició un viaje por América Latina, que culminó en Cuba, donde en octubre de 1928 convocó la autodenominada Asamblea Constituyente del Separatismo Catalán, de la que surgiría el Partit Separatista Revolucionari de Catalunya. En la Asamblea se aprobó la Constitución Provisional de la República Catalana y asimismo se decidió que el método de lucha seguiría siendo el alzamiento armado de los catalanes, aunque tras el fracaso del golpe de Estado de enero de 1929 encabezado por José Sánchez Guerra, Macià decidió abandonar el proyecto de una nueva invasión y apostó por organizar una insurrección en el interior de Catalunya, vinculada a las diversas conspiraciones antidictatoriales y antimonárquicas que entonces se estaban tramando.
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