lunes, 23 de noviembre de 2015

Leyendas en Catalunya (Anibal Barca [II])

Comienza aquí una de las epopeyas más grandes de la historia. En el 218, desde Cartago Nova, parte Aníbal junto a 90.000 soldados de infantería, 12.000 jinetes y 37 Elefantes, dejando en Iberia 20.000 al mando de su hermano Asdrúbal. Un verdadero ejército multinacional: Númidas, Libios, Púnicos e Iberos (estos últimos eran la mayoría), que tienen como destino la península itálica. La opción de desembarcar directamente en Italia fue descartada, ya que después de la primera guerra púnica Cartago había perdido el dominio del mar. En el camino por Iberia muchos aliados íberos desertan, además Aníbal deja en la zona de los Pirineos un destacamento. Para cuando cruza la frontera con las Galias, su infantería se reduce a 50.000. Avanza por el sur de las Galias donde se cruza con tribus galas. Algunas le son hostiles, provocándole bajas.
Aníbal se enfrenta con el primer obstáculo natural, el río Rodano. Del otro lado lo esperan tribus galas hostiles, ansiosos por atacarlo. Para cruzarlo manda a construir una serie de balsas de 60 metros de largo por 15 de ancho. A éstas se les puso tierra y ramas para que los elefantes se sientan “como en su casa”. Con el fin de evitar que su ejército sea atacado al cruzar, manda la noche anterior una avanzadilla con tropas hispanas para que cruce el rio y a la señal convenida de forma simultánea atacan a los galos. Estos, al ver el grueso del ejército cruzar y que al mismo tiempo son atacados por la avanzadilla hispana, deciden huir.
El cónsul Publico Cornelio Escipion con su hijo (del mismo nombre y quién será el verdadero rival de Aníbal más adelante y que pasa a la historia con el sobrenombre de "El Africano") salen a interceptarlo en Massilia (hoy Marsella), pero Aníbal los esquiva astutamente evitando un conflicto tan lejos de su objetivo principal, pues además deseaba cruzar los Alpes antes del invierno. Para aclarar, en la época de la República de Roma se elegían 2 cónsules en el año, ambos como máxima autoridad civil y militar, algo que cambiará con Sila, Mario, César y finalmente se establecerá con Octavio Augusto como “Imperio”… pero volvamos a nuestra época donde Roma aún es una república y Publio Cornelio Escipión es uno de los dos cónsules.
Llega Aníbal al cruce de los Alpes, tarea nada fácil con un ejército tan grande. Le llevará varias semanas cruzarlo, donde perderá muchos hombres. Al llegar a las planicies Aníbal queda solamente con 20.000 hombres (de los 90.000 originales) y con pocos elefantes… muchos hombres murieron de frío, otros por emboscadas de las tribus galas, otros simplemente se perdieron en riscos y precipicios… imaginen el ejército avanzando en la montaña con frío, hambre y detrás de ellos, no muy lejos, otro “ejército”, pero de civiles que siempre acompañan a los grandes ejércitos en sus campañas, buscando suerte, fortuna, oportunistas de negocio, prostitutas, mercaderes, etc., eso sí, todos compartiendo los mismos peligros y sufrimientos.
 Ya en la llanura, Aníbal empieza a recorrer la zona buscando aliados galos con muy poco éxito. Estos prefieren mantenerse cautos. Finalmente ocurre el primer enfrentamiento con Roma, una escaramuza en el rio Ticino, afluente del Pó, donde las caballerías se enfrentaron. Escipión padre e hijo estaban allí y son emboscados por la caballería de Aníbal. El cónsul (Escipión padre) es herido y su hijo valientemente lo rescata antes que los enemigos de Roma lo capturen.

fuente:  http://eltamiz.com

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