lunes, 23 de noviembre de 2015

Asesinos en Serie (Jerome Henry Brudos [IV])

La siguiente victima fue Karen Sprinker, muchacha de 19 años, que fue secuestrada por Brudos el día 27 de Marzo de 1969 en un centro comercial al que la víctima había ido para reunirse con su madre. A pesar de que a Brudos no le agradaron los zapatos que la chica calzaba, se decidió por ella tras haber fallado con otra. A punta de pistola la hizo subirse a su carro y la llevó directamente a su casa, donde la violó y la forzó a posar con la ropa interior y zapatos de su colección. La colgó del cuello en su sistema de poleas y la asesinó. El cadáver de Karen sufrió las mismas vejaciones que los dos anteriores. Esta vez fueron cortados los dos senos dado que había fracasado en su anterior intento por hacer un buen molde para el pisapapeles. Para que el cuerpo no ensuciara su carro, le colocó un enorme sostén con algodones y gasas. El día de su secuestro su mamá la esperó por más de una hora. Testigos indicaron que habían visto a una mujer alta muy extraña merodear el estacionamiento de la tienda. Alguien dijo que al ver de cerca a la “mujer” descubrió que se trataba de un sujeto travestido. Todos se giraban a mirar al individuo. Sin embargo este dato no fue relacionado directamente con el secuestro de Karen Sprinker.
Un incidente adjudicado a Brudos después de su detención se dio el 21 de Abril de 1969, protagonizado por la señorita Sharon Wood, quien ese día asistió a un centro comercial para reunirse con su ex esposo para discutir sobre su divorcio. Sin embargo le tocó estacionar su vehículo en un nivel y lugar apartado del sótano. Entonces notó que alguien la observaba, específicamente un extraño sujeto. Instintivamente pensó en acercarse donde se escuchaba el ruido de las personas, pero en ese momento alguien tocó su hombro. Al voltear vio a este hombre con una pistola en mano. El tipo le dijo que guardara silencio, sin embargo su reacción fue, aparte de terror también de furia, y decidió pelear por su vida pues algo le indicaba que este hombre era un homicida. No permitiría ser atacada de esa manera. Después de algo de lucha y forcejeo, consiguió morderle una mano. A pesar de que el sujeto pesaba mucho más que ella, logró conseguir segundos preciosos puesto que el sujeto tuvo que huir ante la cercanía de un automóvil. Sharon Wood informó a la Policía que el sujeto tenía ojos azules y muchas pecas, pero ninguna persona que estuvo cerca del acontecimiento pudo recordar a un hombre con tal descripción.
Pocas horas después una chica de 15 años de Salem, Oregon, reportó a la Policía haber sido tratada de introducir a la fuerza a un carro por un hombre alto y pecoso. Hasta ese momento la Policía no sospechaba que tenía en su territorio a un asesino serial en libertad. Los estudiosos coinciden en señalar que el estado de Oregon nunca había tratado con criminales seriales, por lo que la respuesta de las autoridades era mas bien tibia e inefectiva.


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