martes, 27 de octubre de 2015

Asesinos en serie (Margarita Sánchez Gutiérrez [II])

Margarita se cambia del barrio Sants de Barcelona, y vuelve a L'Hospitalet, para vivir con su familia en casa de su cuñado, un hombre de 50 años que también vivía solo. Semanas después el hombre enferma y fallece dejando, inexplicablemente, la cuenta bancaria vacía.
Ahora, Margarita tenía nuevos vecinos, entre ellos un señor de 57 años que vivía sólo en un ático Un tiempo después, este hombre fue encontrado en coma y falleció unos días después. Días más tarde, un amigo y vecino de Margarita de 69 años edad sufre una intoxicación. Margarita le cocinó una paella, el hombre terminó hospitalizado y durante ese tiempo al señor le desaparece medio millón de pesetas. Sobrevivió al envenenamiento gracias a su estancia hospitalaria.
Margarita consiguió meterse en la casa de Pilar Hinojo, una vecina de 67 años. Un día apareció la hija de Pilar al ser alertada por la propia Margarita para que visitara a su madre porque no sabía nada de ella. La hija encuentra a Pilar inconsciente, así llevaba tres días tumbada en el sofá de su casa. Durante los 23 días que pasó Pilar hospitalizada, Margarita se había hecho con un considerable botín de dinero y joyas. Finalmente, Pilar logró sobrevivir.
Una de sus víctimas recuperadas llevó sus sospechas hasta la policía que concluyó que Margarita falsificaba recetas de cierto medicamento que en dosis altas se convertía en veneno. Un veneno que se metabolizaba rápidamente y que si no mataba con esa dosis que ofrecía tan sutilmente Margarita, sí servía para que, con el tiempo, terminase por actuar sobre la salud del que lo había ingerido, provocando un paro respiratorio. El asesinato se convertía, entonces, en muerte natural.
La policía encontró documentos de las víctimas en casa de Margarita y se dice que había aprendido a falsificar firmas y cuentas de ahorro. Su hija también fue detenida en calidad de cómplice, pero era menor de edad.
La mujer se admite culpable de robo, pero no de intento de asesinato. Margarita Sánchez Gutiérrez fue condenada a 34 años de prisión por tres delitos de lesiones, otros tantos de robo con violencia y un delito de falsedad. La absolvieron de los asesinatos al no detectarse casos de muerte por cianamida y porque la intención de Margarita era drogar a sus familiares y vecinos para robarles, no para matarlos según determino la justicia.
Margarita Sánchez Gutiérrez tenía dos hijos. Sonia Navarro Sánchez tenía 16 años y terminó acusada de los mismos cargos que su madre (lesiones, robo con violencia y falsedad), pero por ser menor de edad fue ingresada en el Centro de Menores de la Generalidad de Cataluña. El hijo menor, Javi Navarro Sánchez, de 12 años, tuvo su propia condena ya fue enviado a vivir con otra familia, pues a su corta edad no podía entender la importancia de los crímenes cometidos por su madre

fuente: http://www.diariolavoz.net



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