Bruno Lüdke era una persona con
inteligencia limitada, pero no era el tonto que todos creían. Al parecer
en el transcurso de las preguntas se formó un vínculo entre los dos
hombres. Mientras el asesino estaba contento por ser el centro de
atención, todos querían hacerle preguntas y tomarle fotos, además tenía
el apoyo de su "amigo" el detective Heinz Franz, la persona que se
aseguraba de que Lüdke comiera tres veces al día y no le faltasen
cigarrillos. Franz por su parte era un hombre ambicioso que veía a
Bruno como el medio para crecer en su carrera policíaca, arreglando las
confesiones de Bruno y haciendo entender en su reporte que "el tonto
gigante" era el asesino de varios crímenes sin resolver.
Lüdke, teniendo todo a su favor se
sentía protegido por la clausula 51, ley que decía que una persona con
deficiencias mentales no era responsable de sus actos y por esto no
podía ser enjuiciada. Pronto se volvió claro que Lüdke no le dijo a
Franz sobre los asesinatos, fue el mismo detective que le dijo sobre las
víctimas y cómo fueron ejecutadas. En el reporte final de los
homicidios, el detective Franz hizo que las confesiones de Bruno
concordasen con el resto de asesinatos de Alemania y así "resolverlos"
Cuando el informe de los asesinatos
cometidos por Lüdke llegó al escritorio de Himmler (el director de la
S.S. en ese entonces), éste ordenó investigar profundamente el caso
porque era imposible que una persona pudiese cometer tales atrocidades
durante el mandato del Tercer Reich. Además de esto, la población
alemana reaccionaría mal ante un régimen que se preparó para la guerra y
no para gobernar.
No le tomó mucho a Himmler darse cuenta
de que “el tonto gigante” estaba respondiendo por crímenes que no era
posible que hubiera cometido. Finalmente para apaciguar a la Prensa y a
las otras agencias policíacas, llevaron a Bruno de "paseo" y visitaron
varias escenas donde el gigante señalaba y decía dónde había asesinado a
la víctima. También reveló información que sólo la Policía sabía, que
nunca había sido publicada por la Prensa y que le relacionaba con los
asesinatos.
En una de las reconstrucciones de los hechos y, mientras era
trasladado en automóvil por el crimen que había cometido, se adentraron
en el bosque de Köpenich cuando, de pronto, Bruno dijo: “los señores se
han pasado de sitio”. El conductor dio marcha atrás, los oficiales le
quitaron las esposas a Bruno y le pidieron que indicara el lugar donde
habían ocurrido los hechos. Sin dudarlo un instante, "El Bruto" caminó
entre los árboles y señaló un lugar. Después, dijo: "Aquí la encontré,
aquí la golpeé, aquí la estrangulé, aquí la violé"
Bruno Lüdke no pudo ser enjuiciado por
estrangular y violar a sus víctimas, sin embargo fue usado como
conejillo de indias en varias instituciones mentales y hospitales. Como
castigo fue castrado y ejecutado por inyección letal en una prisión
policial de Viena. La ejecución fue mantenida en secreto de las
autoridades nazis para evitar el escrutinio jurídico de abogados y. de
esa forma, evitar que descubran la falsedad de las confesiones de
Lüdke.
Hasta el día de hoy se le atribuyen más
de 50 víctimas a Bruno Lüdke y no se sabe con veracidad si él fue el
responsable de estos crímenes o simplemente un "pobre tonto" manipulado
para calmar a las masasfuente: http://www.asesinos-en-serie.com
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