miércoles, 17 de febrero de 2016

Asesinos en Serie (Bruno Lüdke [III])

Bruno Lüdke era una persona con inteligencia limitada, pero no era el tonto que todos creían. Al parecer en el transcurso de las preguntas se formó un vínculo entre los dos hombres. Mientras el asesino estaba contento por ser el centro de atención, todos querían hacerle preguntas y tomarle fotos, además tenía el apoyo de su "amigo" el detective Heinz Franz, la persona que se aseguraba de que Lüdke comiera tres veces al día y no le faltasen cigarrillos. Franz  por su parte era un hombre ambicioso que veía a Bruno como el medio para crecer en su carrera policíaca, arreglando las confesiones de Bruno y haciendo entender en su reporte que "el tonto gigante" era el asesino de varios crímenes sin resolver.
Lüdke, teniendo todo a su favor se sentía protegido por la clausula 51, ley que decía que una persona con deficiencias mentales no era responsable de sus actos y por esto no podía ser enjuiciada. Pronto se volvió claro que Lüdke no le dijo a Franz sobre los asesinatos, fue el mismo detective que le dijo sobre las víctimas y cómo fueron ejecutadas. En el reporte final de los homicidios, el detective Franz hizo que las confesiones de Bruno concordasen con el resto de asesinatos de Alemania y así "resolverlos"
Cuando el informe de los asesinatos cometidos por Lüdke llegó al escritorio de Himmler (el director de la S.S. en ese entonces), éste ordenó investigar profundamente el caso porque era imposible que una persona pudiese cometer tales atrocidades durante el mandato del Tercer Reich. Además de esto, la población alemana reaccionaría mal ante un régimen que se preparó para la guerra y no para gobernar.
No le tomó mucho a Himmler darse cuenta de que “el tonto gigante” estaba respondiendo por crímenes que no era posible que hubiera cometido. Finalmente para apaciguar a la Prensa y a las otras agencias policíacas, llevaron a Bruno de "paseo" y visitaron varias escenas donde el gigante señalaba y decía dónde había asesinado a la víctima. También reveló información que sólo la Policía sabía, que nunca había sido publicada por la Prensa y que le relacionaba con los asesinatos.
En una de las reconstrucciones de los hechos y, mientras era trasladado en automóvil por el crimen que había cometido, se adentraron en el bosque de Köpenich cuando, de pronto, Bruno dijo: “los señores se han pasado de sitio”. El conductor dio marcha atrás, los oficiales le quitaron las esposas a Bruno y le pidieron que indicara el lugar donde habían ocurrido los hechos. Sin dudarlo un instante, "El Bruto" caminó entre los árboles y señaló un lugar. Después, dijo: "Aquí la encontré, aquí la golpeé, aquí la estrangulé, aquí la violé"
Bruno Lüdke no pudo ser enjuiciado por estrangular y violar a sus víctimas, sin embargo fue usado como conejillo de indias en varias instituciones mentales y hospitales. Como castigo fue castrado y ejecutado por inyección letal en una prisión policial de Viena. La ejecución fue mantenida en secreto de las autoridades nazis para evitar el escrutinio jurídico de abogados y. de esa forma, evitar que  descubran la falsedad de las confesiones de Lüdke.
Hasta el día de hoy se le atribuyen más de 50 víctimas a Bruno Lüdke y no se sabe con veracidad si él fue el responsable de estos crímenes o simplemente un "pobre tonto" manipulado para calmar a las masas

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com


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