martes, 25 de agosto de 2015

Religiones y Cultos (Cap. Grecia [III])

Tras hacerse adulto y con la ayuda de su madre Gea, le dan un brebaje a Crono que le hace a regurgitar a sus Hijos en orden inverso a como fueron devorados: primero Ónfalos (la piedra) que se la dejó a Pitón bajo las cañadas del Parnaso como señal a los hombres mortales, y después a sus hermanos. Otra delas versiones explica que, Metis (que era hija de Óceano y Tetis) personificaba la prudencia o, en el mal sentido, la perfidia le dio a Crono un émetico (vomitibo) para obligarlo a vomitar los bebés, y en otras Zeus abrió el estómago de Crono. Entonces Zeus liberó a los hermanos de Crono, los Hecatónquiros y los Cíclopes de su mazmorra en el Tártaro y mató a su guardiana, Campe. Como muestra de agradecimiento, los Cíclopes le dieron el trueno, el rayo o el relámpago, que habían sido previamente escondidos por Gea. 
Tras esto estalla una guerra llamada la Titanomaquia, en la cual Zeus y sus hermanos y hermanas junto con los Hecatónquiros y Cíclopes, derrocaron a Crono y a los otros Titanes, que fueron encerrados en el Tártaro, un lugar húmedo, lúgubre, frío y neblinoso en lo más profundo de la Tierra y allí quedaron custodiados por los Hecatónquiros. Atlas, uno de los titanes que luchó contra Zeus, fue castigado a sostener la bóveda celeste.
Tras la batalla con los Titanes, Zeus se repartió el mundo con sus hermanos mayores, Poseidón y Hades, echándoselo a suertes: Zeus consiguió el cielo y el aire, Poseidón las aguas y Hades el mundo de los muertos (el inframundo o infierno). La antigua tierra, Gea, no podía ser reclamada y quedó bajo el dominio de los tres según sus capacidades, lo que explica por qué Poseidón era el dios de los terremotos y Hades reclamaba a los humanos que morían.
Gea estaba resentida por cómo Zeus había tratado a los Titanes, porque eran sus hijos. Poco después de subir al trono como rey de los dioses, Zeus tuvo que luchar con otros hijos de Gea, los monstruos Tifón (un colosal y espeluznante monstruo alado cuya estatura era tal que podía alcanzar las estrellas. Poseía cabezas de dragón por dedos y un gran número de serpientes se hallaba repartido entre sus muslos, con incluso más serpientes formando sus piernas a partir de éstos. Tifón podía abrasar todo lo que se le opusiese con su ígnea mirada, así como vomitar fuego y lava de su boca, y crear huracanes y terremotos moviendo sus alas) y Equidna (tenía el torso de una bella mujer de temibles ojos oscuros pero cuerpo de serpiente)


Ambos intentaron destruir a Zeus por haber derrotado a los Titanes. Inicialmente, Tifón dominó a Zeus y arrancó sus tendones, pero éstos fueron recuperados por Hermes y devueltos al cuerpo de su dueño; tras ello, Zeus procedió a luchar con Tifón una vez más hasta derrotarle. Vencido, Tifón fue confinado bajo el Monte Etna. A Equidna se le permitió seguir viviendo, así como a sus hijos, como desafío para los héroes futuros. Moró desde entonces en una cueva del país de los Arimoi, un remoto lugar desértico que según Hesiodo, estaria actualmente en Asia Central, probablemente en Siria

Zeus preside no sólo las manifestaciones celestes (provoca la lluvia y lanza el rayo y el relámpago), sino que, fundamentalmente, mantiene el orden y la justicia en el mundo. También es el encargado de purificar a los homicidas de la mancha de la sangre, vela por el mantenimiento de los juramentos y por el respeto de los deberes con los huéspedes; es garante del poder real y, en general ,de la jerarquía social, tanto en lo que se refiere a los hombres como en el seno de la sociedad de los dioses. Pero también el propio Zeus se halla sometido a los Hados, de los que es intérprete y a los cuales defiende contra las fantasías de los demás dioses. Consciente de su responsabilidad por las razones que hemos citado, es el único Dios que no se deja dominar por sus caprichos, a excepción de los amorosos. Es el dispensador de bienes y males. 

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