miércoles, 26 de agosto de 2015

Religiones y Cultos (Cap. Grecia [XXVII])

Animales mitológicos griegos (VII)

Jabalí de Calidón

Jabalí de Calidón El rey Eneo de Calidón, una antigua ciudad del centro-oeste de Grecia, celebraba sacrificios anuales en honor de los dioses. Un año el rey olvidó incluir a Artemisa (diosa helena de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas) en sus ofrendas. Ofendida, Artemisa soltó al jabalí más grande y feroz imaginable en los alrededores de Calidón, que se comportó como un loco por toda la campiña, destrozando viñedos y cosechas, obligando a la gente a refugiarse dentro de las murallas de la ciudad, donde empezaron a morirse de hambre.
Eneo envió mensajeros a buscar a los mejores cazadores de Grecia, ofreciéndoles la piel y los colmillos del jabalí como premio. Entre los que respondieron estaban Meleagro (el propio hijo de Eneo), algunos de los argonautas y, notablemente para el éxito final de la partida, una mujer: la cazadora Atalanta, la "indomable", que había sido amamantada por Artemisa (transformada en osa) y criada como cazadora; una representante, pues, de la propia Artemisa. La diosa parece haber estado dividida en sus motivos, pues también se dice que envió a la joven cazadora porque sabía que su presencia sería una fuente de conflictos, como de hecho ocurrió: muchos de los hombres, encabezados por Cefeo y Anceo, que rehusaron en un principio ir de caza con una mujer, y fue el enamorado Meleagro quien los convenció. Durante la cacería, Peleo mató accidentalmente a su anfitrión Euritión. No obstante, fue Atalanta quien primero logró herir al jabalí con una flecha, aunque fue Meleagro quien lo remató, y le ofreció el premio a ella, que había derramado la primera sangre. Pero los hijos de Testio, que consideraban vergonzoso que una mujer lograse el trofeo donde los hombres habían participado, le arrebataron la piel, diciendo que era propiamente suya, por derecho de nacimiento, si Meleagro decidía no aceptarla.
Enfadado por esto, Meleagro mató a los hijos de Testio y dio de nuevo la piel a Atalanta. Altea, madre de Meleagro y hermana de los hombres que había matado él, tomó el tizón fatal del cofre donde lo había guardado y lo arrojó una vez más al fuego. Cuando se hubo consumido, Meleagro murió al instante, como habían predicho las Moiras. Así logró Artemisa su venganza contra el rey Eneo.

Jabalí de Erimanto


Jabalí de Erimanto era una criatura que causaba estragos en todo el contorno y que vivía en Erimanto, un monte de la Arcadia y la Élida y nombre, también, de un afluente del Alfeo.

En el camino hacia Erimanto, Heracles hizo una parada para visitar a su amigo el centauro Folo, quien en memoria de tiempos lejanos compartió con él su comida y su vino. Pero los otros centauros, al oler el vino que estaba especialmente reservado para ellos se enfurecieron de tal manera que atacaron a Heracles, quien primero los rechazó y luego con sus flechas envenenadas mató a varios de ellos mientras los demás se retiraban.

Mientras Heracles enterraba a sus víctimas, su amigo Folo sacó una de las flechas de Heracles y la examinó asombrado de que algo tan pequeño pudiese dar muerte a criaturas tan formidables, pero con tal torpeza que la flecha se le cayó hiriéndolo en un pie y matándolo. Heracles lo enterró al pie de la montaña que tomó su nombre.

Retomando el trabajo que tenía que finalizar, Heracles encontró al jabalí y, persiguiéndolo durante varias horas, lo fue acorralando a una zona cubierta de nieve donde, saltando sobre su lomo, lo ató con cadenas y se lo llevó a Micenas vivo, cargándolo sobre sus hombros. Cazar a esta enorme criatura fue el cuarto trabajo de los doce que Euristeo mandó realizar a Heracles.

Era un jabali come hombres, creaba terremotos y sus colmillos fueron capaces de arrancar árboles de raíz.



Khalkotauroi

Khalkotauroi (Toro de Bronce) es una criatura mítica que aparecía en el mito griego de Jasón y los Argonautas y el "Vellocino de Oro". Los khalkotauroi eran dos toros inmensos con pezuñas de bronce y boca de bronce por la cual exhalaban fuego. En las Argonáuticas, el rey Eetes promete a Jasón el vellocino de oro si antes consigue uncir a los khalkotauroi y utilizarlos para arar un campo. Este campo es en el que luego se sembrarán los dientes del dragón.

Jasón sobrevivió a las ardientes llamas de los toros de bronce inhalando una poción mágica que le protegía del calor. La poción le había sido dada por Medea, la hija única del rey Eetes, quien se enamoró de Jasón.

Ladón

Ladón era un dragón de cien cabezas (cada una de las cuales hablaba una lengua diferente) que guardaba el Jardín de las Hesperides, por lo que también se le conocía como Dragón de las Hespérides. Era hijo de Forcis y Ceto o de Tifón o Equidna.

Fue enviado por Hera para proteger las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, y Heracles lo mató en uno de sus doce trabajos. Para agradecer sus leales servicios, Hera subió sus restos al cielo, desde donde entonces forma la Constelación del Dragon.

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