Animales mitológicos griegos (IV)

Damnameneo

- Damnameneo: hermano de Calcon y es uno de los nueve monstruos marinos, hijos de Ponto y Talasa, que tenían cabeza de perro y cola de serpiente o de pez.

Damón o Démonax

Damón o Démonax era el jefe de los Telquines y hermano ce Calcon y Damnameneo. Damón fue el padre de varias ninfas cretenses, entre las que destaca Dexítea, una de las primeras mujeres del Rey Minos. Estas ninfas lograron sobrevivir a la ira de Apolo y Zeus porque su madre Talasa, había conseguido entretenerlos. A pesar de ello tanto Dexítea como su otra hermana Macelo perecen a consecuencia de la impiedad de su padre.
Hay varias versiones sobre la muerte de los telquines. Unos los hacen perecer bajo las flechas de Apolo, ser convertidos en rocas por Zeus o ahogarse en la inundación que asoló la isla de Rodas, donde habitaban. Sin embargo la corriente mayoritaria afirma que sobrevivieron a la inundación y se expandieron por las islas del Mar Egeo (fueron los primeros habitantes de Creta), difundiendo así las artes de la metalurgia.

Dragon de la Colcodia

Dragon de la Colcodia también llamado dragón insomne, y a veces mencionado como serpiente, era hijo de Equidba y Tifón. Tenía la capacidad de no dormir nunca y era el encargado de custodiar el vellocino de Oro. Cuando Jasón y sus compañeros los argonautas fueron en busca de éste, Medea, con su magia, hizo dormir al dragón insomne, ocasión que aprovechó Jasón para robar el vellocino.



Empusa


Empusa es una criatura fantástica, aparece como guardiana del Hades. Asociada a la diosa infernal Hécate, tiene el don de cambiar de forma, adoptando apariencia de animal doméstico (perro, vaca) o de bella hetera. Cuando se hace pasar por mujer, se la reconoce porque una de sus patas es de bronce. Le agrada merodear por parajes desiertos, sobre todo cuando hay luna llena. Ella se dedica a seducir a los jovenes, para luego cebarlos para, después de acostarse con ellos, beber su sangre y devorarlos.


Equidna

- Edquina era una monstruosa ninfa, considerada descendiente de Forcis y Ceto, o de Tartaro y Gea. Era un ser a veces llamado Drakaina Delphyne, madre con Tifón de todos los monstruos importantes de los mitos griegos. Tenía el torso de una bella mujer de temibles ojos oscuros pero cuerpo de serpiente. Cuando ella y su compañero Tifón atacaron el monte Olimpo, Zeus los derrotó, pero les permitió seguir viviendo, así como a sus hijos, como desafío para los héroes futuros. Moró desde entonces en una cueva del país de los Arimoi, un remoto lugar desértico situado en Asia Central, probablemente estuviese situado en la actual Siria. En una ocasión, Equidna asaltó a Heracles durante uno de sus viajes para robarles los bueyes de Gerión, y cuando éste fue a reclamarlos Equidna le dijo que no se los entregaría a menos que el héroe tuviese sexo con ella. Heracles lo hizo, y de esta unión nacieron Agartisom Gelono y Escites.

Escila

- Escila era un monstruo marino, que anteriormente había sido una hermosa ninfa hija de Forcis y Hécate. El dios marino Glauco, anteriormente un pescador, se enamoró de ella, pero ella huyó de él hacia la tierra, donde no podía alcanzarla. Deseperado, Glauco fue a la hechicera Circe, para que le preparase una poción de amor y así derretir el corazón de la joven. Circe, que estaba secretamente enamorada de Glauco, le recomendó dedicar su amor a alguien más digno de él, intentando cortejarlo con dulces palabras y miradas, pero el dios no quiso saber nada de ella. Circe se enfureció, pero con Escila y no con Glauco; por ello, fingió ayudar al dios entregándole un frasco, recomendándole que lo vertiese en la charca donde Escila solía bañarse. Glauco siguió sus instrucciones y virtió la poción; sin embargo, tan pronto como la ninfa entró en el agua se transformó en un horrible monstruo de seis cabezas. Glauco, que vigilaba la escena desde la lejanía, perdió su interés por ella y se marchó

Escila es descrita como un monstruo con torso de mujer y cola de pez, así como con seis perros partiendo de su cintura con dos patas cada uno, haciendo un total de doce; según otras versiones, sería un ser con seis largos y serpentinos cuellos con cabezas grotescas, mientras que sus doce patas serían de otra naturaleza; finalmente, según otras fuentes, compartiría algo de ambas descripciones. Sin embargo, se dice siempre que poseía en cada cabeza tres apretadas hileras de afilados dientes, así como que emitía un aullido similar al de un perro.

Este ser habitaba en un estrecho paso marítimo, en el lado opuesto a su contraparte Caribdis. Los lados del canal estaban dentro del alcance de una flecha, de modo que los barcos que intentasen evitar a Caribdis deberían acercarse a Escila, y viceversa. Con el tiempo fue transformada por los dioses en una roca, aún existente, que suponía graves peligros para los navegantes.