miércoles, 10 de febrero de 2016

Asesinos en Serie (Paul John Knowles [VI])

Breve fue la relación de Paul con Sandy, pues el 10 de noviembre se separaron y, al día siguiente, Paul intentó, a punta de pistola, obligar a Susan McKenzie (conocida de Sandy…) a tener sexo con él, pero ésta se escapó y fue a buscar a la Policía.
Inesperadamente, cuando unos patrulleros intentaron detenerlo poco después de que Susan se le escapase, Paul blandía una poderosa escopeta recortada, gracias a la cual consiguió escapar.
Así, días más tarde Paul entró a la casa del inválido Beberly Mabee, en West Palm Beach, Florida. Esta vez no mató a nadie, pero secuestró a la hermana de Beverly y se la llevó en su coche (el de Beverly), aunque sorprendentemente la liberó después en la carretera, sin haberle hecho daño alguno.
En la mañana del 17 de noviembre, cerca de Perry en Florida, el agente Charles Eugene Campbell reconoció el vehículo robado de Paul, y se acercó para arrestarlo, aunque el asesino fue más hábil y, poco después de ser detenido, alcanzó a sacar su pistola y lo tomó como rehén, empleando el coche patrulla para detener al empresario James Meyer, tomar el coche de Meyer y deshacerse del coche patrulla, contando ahora con Campbell y Meyer como rehenes. Pero lo peor vino después, cuando los llevó a ambos a una remota zona boscosa en el condado de Pulaski, Georgia: allí los esposó a un árbol, y ejecutó a cada uno con un tiro en la cabeza…
Posteriormente, cuando proseguía su itinerario se topó con un control policial, e inundado por el miedo intentó eludir con tal nerviosismo la vigilancia, que perdió el control del coche y se estrelló contra un árbol, aunque no tuvo ninguna herida grave ya que rápidamente escapó del vehículo, conservando los reflejos lo suficientemente bien como para, a la par que corría, disparar contra los agentes que lo seguían.
De ese modo corrió y corrió por una carretera rural, teniendo tras de sí a perros y helicópteros. Sin embargo, fue el civil David Clark quien, armado con una escopeta, le salió al frente y lo obligó a ir a una residencia cercana, desde la cual llamó a la Policía para informar que el asesino estaba detenido. Gracias a eso pudieron llevarlo a la comisaria.

Finalmente, el 18 de diciembre se ordenó conducir a Paul hacia Newtondice, una prisión de máxima seguridad, ideal para criminales peligrosos como él. Él iba esposado en el asiento trasero, y el vehículo no tenía pantalla de seguridad que lo separase de los dos agentes que estaban adelante: el sheriff Lee Earl, al volante; y el agente del G.B.I. Ronnie Angel, en el otro asiento delantero. El objetivo del viaje, además de llevar a Paul a Newtondice, era parar en un lugar donde éste les indicaría en dónde estaba el arma que él dejó tirada y con la cual mató al policía Charles Eugene Campbell. El gran problema era que Paul tenía un as bajo la manga: un clip escondido, con el cual se desposó e intentó tomar el arma que Lee portaba en la mano con la cual no conducía. Fue ese el momento en que sus profecías se cumplieron pues, mientras forcejeaba con Lee (quien a la vez trataba de mantener el control del coche), recibió tres disparos en el pecho por parte de Ronnie Angel, muriendo instantáneamente…
No pudo haber juicio ni nada, pero Sandy se dio cuenta de que Paul no le había mentido, y lo inmortalizó en su libro Killing Time, publicado en 1977. Además también se escribieron otros libros sobre Paul, y su historial de muertes hizo que su nombre quedara gravado con letras de oro en la lista de los mayores asesinos estadounidenses.

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com/



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