Una vez en prisión, Herbert confesó sus crímenes y dijo que todo lo que
había hecho se lo habían pedido las voces en su cabeza para así prevenir
un terremoto. Herbert aseguró que la razón por la que no sucedió un
terremoto recientemente se debía a su labor. Herbert Mullin fue acusado
de diez homicidios y su juicio comenzó el 30 de julio de 1973, debido a
que el acusado admitió sus crímenes, el juicio sirvió para determinar si
era demente o culpable de sus acciones.
De hecho, cuando el jurado llamó a los psiquiatras para que dieran su veredicto, la opinión fue unánime: Herbert Mullin era un esquizofrénico paranoico y su caso, como el de la mayoría de sujetos que presentan dicho trastorno, implicaba alucinaciones auditivas (las voces que lo incitaban a matar), pensamiento fragmentado, sistemas de creencias delirantes (los sacrificios humanos para evitar desastres) que incluían un patrón de importancia (él, por su fecha de nacimiento, creía que tenía una misión especial) y delirios de posesión de facultades psíquicas (él se creía telépata).
De hecho, cuando el jurado llamó a los psiquiatras para que dieran su veredicto, la opinión fue unánime: Herbert Mullin era un esquizofrénico paranoico y su caso, como el de la mayoría de sujetos que presentan dicho trastorno, implicaba alucinaciones auditivas (las voces que lo incitaban a matar), pensamiento fragmentado, sistemas de creencias delirantes (los sacrificios humanos para evitar desastres) que incluían un patrón de importancia (él, por su fecha de nacimiento, creía que tenía una misión especial) y delirios de posesión de facultades psíquicas (él se creía telépata).
Sin embargo, como Mullin cubrió las
huellas de los asesinatos de los Gianera con el homicidio de Kathy
Francis, la defensa descartaba la posibilidad de que estuviera
completamente demente. El veredicto fue entregado el 19 de agosto de
1973: Herber Mullin fue declarado culpable por homicidio de primer grado
tras asesinar a Jim Gianera y Kathy Frances, por ser crímenes
premeditados. Mientras que los ocho asesinatos restantes terminaron con
una sentencia de homicidio de segundo grado por ser crímenes impulsivos
cuya naturaleza irreflexiva fue perfectamente expuesta en palabras del
propio Herbert Mullin: "Una roca no toma una decisión mientras está cayendo, cae y eso es todo"
Herbert Mullin fue sentenciado a cadena
perpetua y tendría opción de salir bajo palabra en el 2025, momento en
el que tendrá 78 años. Actualmente es un convicto de la prisión estatal
de Mule Creek, en Ione, California. Según reportes, en su tiempo libre
suele pintar y escribir poesías, además de que aún preserva bastante de
su esencia hippie pues medita con relativa frecuencia.
fuente: http://www.asesinos-en-serie.com
fuente: http://www.asesinos-en-serie.com
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