viernes, 28 de agosto de 2015

Las 10 superticiones más comunes (II)

8.- Tirar la Sal
 

La sal es un elemento de la tierra, un compuesto de sodio que desde la antigüedad se ha considerado protectora frente al maleficio y la portadora de buena suerte. Puede que esta superstición esté relacionada con la importancia de la sal como conservante de alimentos (salazón...) Además la sal simboliza la alianza del hombre con la divinidad. Este último aspecto queda destacado en la Biblia (Lev. 2, 13). En la antigüedad fue usada como dinero de hay proviene la palabra Salario

Se cree que cuando hay sal en una casa siempre habrá dinero y si se echaba sal en los rincones de las cuadras el día primero de abril se evitaban las enfermedades del ganado.
Como amuleto la sal se utilizaba en rituales dibujando un círculo de sal alrededor de aquel que deseaba protegerse contra el diablo. Este círculo era llamado "círculo mágico".
Para contrarrestar el mal de ojo se bañaban en agua con sal las plantas de los pies y las palmas de la mano tres veces, se bebía tres sorbos del agua salda y después se echaba al fuego lo que quedaba de dicha agua.

Hay sin embargo un remedio para conjurar la mala suerte: echar una pizca de sal por encima del hombro izquierdo, porque de este modo se ciega al diablo y a los malos espíritus, o tirar agua por la ventana.Era costumbre echar sal al fuego cuando entraba en casa una persona sospechosa de dedicarse a la hechicería. También se evitaban las visitas de alguien indeseable echando sal donde había estado, recogiéndola y quemándola después. Otro remedio utilizado era echar sal en el umbral después de su partida.Se creía que poniendo un plato con sal debajo de la cama de un enfermo ésta absorbía el mal y protegía contra la enfermedad.

Para evitar que un niño sin bautizar fuera objeto de hechicerías se ataba a sus ropas un saquito con un poco de sal cuando se le ponía a dormir en su cuna.

Es de mal agüero derramar de forma involuntaria la sal o que se caiga un salero: el responsable de ese fatal descuido verterá tantas lágrimas como granos de sal se hayan desperdigado. Pretenden algunos que esta creencia procede de la Última Cena, en la que Cristo derramo la sal.

El refranero nos lo dice: "Derramar el vino es buena señal, pero no la sal"; "Si se vierte el salero, faltará la razón, pero no el agüero"; "Verterse el vino es buen sino, derramarse la sal, mala señal".

Quién pisa la sal derramada tendrá disgustos y si se trata de alguien que va a casarse pronto, no cumplirá este propósito. Aquel que persiga quebrantar la felicidad de unos recién casados le basta con echar sal en el lecho nupcial.

9.-Martes y 13  


Si el número 13 por sí solo es considera de mal agüero es aún más fatídico si conincide en el calendario con el martes, según la tradición española, o con el viernes en el equivalente anglosajón.
El origen de la maldad atribuida al martes se debe a su asociación con el dio Marte, dios de la guerra que implica la muerte. La consideración del martes como día fatídico ha dado origen a varios refranes:

* El martes, ni te casas ni en embarques.
* El martes ni gallina eches, ni hija cases.
* El martes ni hijo cases, ni cochino mates.
* En martes ni tela urdas,m ni hija casas, ni las lleves a confesar porque
no dirán la verdad.

* El martes ni tu casa mudes, ni tu hija cases, ni tu ropa tajes.

Al parecer cortarse las uñas en el aciago martes saldrán padrastros.

Los hijos nacidos en martes serán desgraciados, tendrán una vida corta y su ideal será la guerra.

La tradición anglosajona considera el viernes como día de mal fario por ser el día en que Cristo fue crucificado. La unión del viernes y el trece se ha popularizado en España como consecuencia de la serie de películas "Viernes 13" ("Friday the 13th").
En la tradición anglosajona del viernes, correspondiente a nuestro martes, da mala suerte cortarse las uñas y el pelo durante ese día.

10.-Tijeras Abiertas
 

Unas tijeras que descuidadamente han quedado apuntando a una persona indican que si ésta es una persona soltera, nunca va a casarse, y si es casada, que será objeto de infidelidad.
En cualquier caso, cuando unas tijeras caen al suelo, la persona a la que dirigen su punta está siendo señalada como víctima de un mal o desgracia inmediata.
Tradicionalmente las tijeras son atributo de Átropos, una de las tres Parcas (romanas) o Moiras (griegas), encargada de cortar el hilo de la vida.
Nunca se deben regalar tijeras, salvo que se de a cambio una moneda o se pinche previamente, de forma inocua, a la persona que es destinataria del regalo.
Pese a ser un elemento maléfico, las tijeras gozan, como otros utensilios, de una función dual y pueden servir en algunas ocasiones para cortar las energías negativas. Desde esa condición conjuran al mal de ojo y abiertas en cruz junto a una puerta, impiden la entrada de las brujas.
Es práctica habitual en la España meridional colocar unas tijeras junto al lecho de una mujer embarazada para aliviar los dolores propios del alumbramiento. Éstas han de formar, con ambas cuchillas, la forma de cruz.

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