miércoles, 27 de enero de 2016

Asesinos en Serie (Gary Michael Heidnik [V])

En 1986, siendo pastor de su iglesia, Heidnik siente el deseo de crear una familia con Diez mujeres, y tener hijos con todas ellas, para lo cual, raptaba mujeres morenas con retrasos mentales y a prostitutas, a las cuales encerraba en el sótano de su iglesia, donde eran sometidas a actos sexuales forzosos y a torturas físicas. Dos de las seis mujeres raptadas murieron por las condiciones en que Heidnik las mantenía. Luego rapta a dos mujeres mas, una de ellas, llamada Deborah Dudley se resiste a sus tratos y provoca mas violencia y mejores medidas de seguridad, otra, llamada Sandra Linsay intenta escapar en 1987, lo cual causa que Heidnik la ate de su brazo a una viga y posteriormente muere, luego es cortada con una sierra eléctrica. Dudley muere posteriormente, por causa de descargas eléctricas que Heidnik le propinaba
El 24 de marzo de 1987, Josefina, quien era una víctima de Heidnik, que posteriormente se había convertido en su ayudante, ya que sufrió del síndrome de Estocolmo, logra convencer a Heidnik de dejarla ir donde sus padres para lograr convencerlos que no sufría peligro, Heidnik accede, pero Josefina va a las autoridades, donde confiesa todo lo que ha sucedido y denuncia a Heidnik. El 25 de marzo de 1987, la policía allana la residencia de Heidnik, donde se rescataron tres mujeres en grave situación, Heidnik no opone resistencia al arresto.
En el juicio, la defensa intentó probar demencia en el acusado pero fue imposible pues, como dejó claro el juez, el hecho de que alguien tenga trastornos no lo incapacita para estar consciente de la naturaleza moral de sus actos. Complementariamente, los psiquíatras no concordaban en el diagnóstico final, ya que se sabía que el acusado presentaba tendencias maníacas, depresivas, sádicas, antisociales, pero unos lo etiquetaban de "esquizoide", otros de "esquizofrénico" y otros de "desequilibrado"
A Gary Michael Heidnik se le imputaron los cargos de asesinato, rapto, violación, asalto con agravantes, imposición de relaciones sexuales desviadas, exhibicionismo, retención ilegal, amenazas terroristas, poner en peligro la vida de otras personas, atentado contra el pudor, inducción criminal, y posesión y abuso de un cadáver.
De todos los cargos anteriores Gary terminó siendo culpable, excepto de imposición de relaciones sexuales desviadas con respecto a Josefina Rivera. La condena final de la jueza, dictada en enero de 1990, fue de más de 120 años de prisión por todos los cargos distintos del asesinato, mientras que por éste último se le condenó a dos sentencias de muerte, una por cada víctima confirmada. Paralelamente las víctimas fueron indemnizadas, pero también la Administración de Veteranos y las Fuerzas de Paz quisieron parte del postre, ya que reclamaron el derecho al dinero que Gary, en sus tiempos como "Obispo de las Hamburguesas", les había dejado en la constitución de su iglesia.
Antes de ser ejecutado, Gary experimentó una prolongada situación de aislamiento y soledad en la prisión, no solo por la ubicación de su celda sino principalmente por su extraño e insociable comportamiento, tal como el silencio de dos años y medio que guardó luego de decir: "El Maligno me ha metido una galleta en la garganta"
Resultaba así natural que se deprimiese aquel recluso que usaba ropa de invierno en verano y se ataba una cuerda en los dedos de los pies para evitar la expansión de una gangrena imaginaria.  Por eso, en enero de 1999 intentó suicidarse con sobredosis de thorazina, pero los médicos lo salvaron y Gary tuvo que esperar hasta el 6 de julio de ese mismo año, fecha en la cual fue ejecutado con inyección letal.

fuente:  http://www.asesinos-en-serie.com


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