miércoles, 23 de noviembre de 2016

Literatura Catalana (Aurora Bertrana i Salazar [II])

Durante la estancia aprovecharon la ocasión para visitar diversos lugares de Oceanía. En el viaje de ida visitaron también Martinica, Guadalupe y Panamá. Desde allí escribió reportajes para la revista  "D'Ací i d'Allà" apoyada por su mentor literario, Lluís Nicolau d'Olwer a quien conoció en Ginebra y con quien mantenía una buena amistad.

En 1930 al regresar a Barcelona a causa de la enfermedad de su hermana Celia, el editor Josep Queralt de la editorial Proa propuso a Aurora escribir un libro de reportajes o crónicas viajeras sobre las islas del Sur. Prudenci Bertrana animó a su hija para aceptar la oferta. Los textos se convirtieron en un libro completo "Paradisos oceànics" y la obra resultó un éxito literario y comercial dado que ni la literatura de viajes ni el contenido sexual que se desprendía de las descripciones de la sociedad indígena de Pepeete eran habituales en la literatura de la época. La sociedad catalana (cuentan las biografías sobre la autora), se escandalizó ante aquella mujer cosmopolita escribiendo sobre una sociedad tan lejana incidiendo en aspectos como la libertad sexual. Bertrana se convirtió en un personaje famoso en la Catalunya de los años treinta y adquirió una imagen de exotismo y de conocimiento de otras culturas que marcaron sus obras de los años siguientes. En 1934 publicó "Peikea, princesa caníbal" (1934) recopilación de cuentos sobre la Polinesia. En 1935 "L'illa perduda" coescrita con su padre, donde integraron elementos de aventura y romanticismo propios de la literatura de los mares del Sur.

En 1936 publicó el libro de viajes "El Marroc sensual i fanàtic", a partir de su experiencia de un viaje en solitario realizado a Marruecos con la finalidad de escribir varios artículos para el diario catalán "La Publicitat". Su objetivo era estudiar el alma de la mujer musulmana y descubrir el concepto que tenía de ella el varón musulmán, el cual, según dijo, "nuestros hombres conservan". "Me interesa especialmente los harenes donde las mujeres viven una existencia de pareja y esclavitud", explicó. En sus obras fue muy crítica con la prepotencia occidental hacia las culturas autóctonas y con la acción de todos los colonizadores: mercaderes, empresarios, políticos, curas. Visitó harenes, burdeles y cárceles. Plasmó su experiencia en "El Marroc sensual i fanàtic" publicado en 1936.

En 1935 publicó "L'illa perduda" una novela escrita con su padre que simbolizó la reconciliación entre el Prudenci Bertrana escritor y su hija. El escritor y periodista nunca había deseado que su hija fuera escritora pero comentaba favorablemente los artículos que esta le enviaba y tras el éxito de las publicaciones desde la Polinesia éste se convenció de que Aurora tenía una verdadera vocación literaria. Cuando Aurora regresó a Barcelona padre e hija decidieron desarrollar el proyecto. Aurora hizo un proyecto de unas treinta páginas, el argumento y la psicología de los personajes. Prudenci escribió la primera mitad, la búsqueda desesperada de una tierra donde desembarcar, y Aurora la otra mitad, desde el desembarco en Tu-tui-li-la hasta el final. Escribían al mismo tiempo, cada cual sus capítulos, y de tanto en tanto se los leían y corregían mutuamente

No hay comentarios:

Publicar un comentario