lunes, 28 de noviembre de 2016

Literatura Catalana (Alfred Badia i Gabarró [I])

Nacio en Barcelona, el 19 de setembre de 1912 - Barcelona 24 de marzo de 1994. Como el padre, el contable Manuel Bahía Gatuelles, contrajo una enfermedad que le apartó de la vida familiar cuando el hijo tenía ocho años, el chico fue educado por la madre, Conchita Gabarró Boix, que procedía de Monistrol y regentaba un taller de modista en el domicilio privado.

El chico crecía alto y delgado y los médicos le prescribían estancias fuera de la ciudad, destinadas a reforzar su salud. De ahí los veranos pasados ​​en Sant Vicenç dels Horts, un lugar donde el "niño de piso" encontraba compañías infantiles adecuados para aprender a jugar al fútbol. Cuando Puyal a partir de 1976 se propuso normalizar el uso del catalán en las transmisiones radiofónicas de este deporte, Alfred Bahía, que la había conocido en la Universidad Autónoma, sacó partido de haber aprendido a jugar a pelota en el campo y en catalán proporcionándole un cordial asesoramiento lingüístico.

La primera escuela donde fue fue el Colegio de Sant Josep, situado en la calle de Montcada junto al de Carders. Más tarde ingresó en el Colegio de los Jesuitas de la calle Caspe, con una beca "de favor" para cursar estudios de comercio. El método usado por los padres jesuitas para inculcar los preceptos de la fe y muy especialmente las amenazas relacionadas con el castigo eterno impresionaron la sensibilidad del joven de una forma que de adulto calificaba de "devastadora". A los quince años Alfred Bahía ya era gerente comercial, es decir que tenía un título que le permitía empezar a trabajar, y lo hizo a la agencia de cambio y bolsa regentada por el señor Gomis, padre de los futuros escritores Juan, Joaquín y Lorenzo. Era el año 1927, en plena dictadura de Primo de Rivera. La vinculación laboral con esta empresa duró hasta los años cincuenta; los lazos afectivos con la familia Gomis nunca se rompieron.

La educación reglada que recibió apenas había tenido contenidos humanísticos; por supuesto la lengua catalana no tenía ningún papel. Pero la madre y las tías eran catalanistas, frecuentaban asiduamente los teatros y cines y gustaba la literatura de consumo. Incluso se permitían algún viaje al extranjero. El 14 de abril de 1931, cuando se proclamó la República, Alfred Bahía tenía 19 años.

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