martes, 4 de octubre de 2016

Literatura Catalana (Josep Pla i Casadevall [IV])

Después de unos años de dificultades económicas y de reclusión voluntaria en el Empordà, Pla asume plenamente su condición de propietario rural. No volverá a vivir nunca más en Barcelona. Pero la revista "Destino" le encarga varios reportajes que le permiten volver a recuperar el viaje como pretexto literario: Francia, Israel, Cuba, Nueva York, Oriente Medio, América del Sur, Rusia ... Ya no viaja como corresponsal, lo hace sólo como periodista observador que no pierde la curiosidad por la evolución política y social del mundo contemporáneo. Además, Pla aprovecha los viajes, a menudo en petroleros lentísimos, para escribir obsesivamente sus nuevos libros y para elaborar y reescribir pacientemente lo que será su obra completa.
Después de algunas ediciones de bibliófilo, comienza a editar regularmente sus libros en lengua catalana en la "Editorial Selecta" de Josep M. Cruzet, que también le publicaría el primer proyecto de obras completas, con veintinueve nueve volúmenes (novelas, libros de viajes, narraciones, libros de recuerdos, ...). Lentamente, empieza a dar valor moral y dimensión colectiva a su proceso individual de recuperación de la memoria. El paisaje, la cocina, los oficios, los grandes catalanes del siglo, todos los temas se ponen al servicio de una literatura memorialística con la ambición de recuperar del olvido toda una Catalunya que estaba en vías de desaparición.
A partir de la segunda mitad de la década de 1950 continuó viajando y comenzó la preparación de sus obras completas, tarea a la que se dedicará de lleno también durante la década siguiente. Es una etapa crucial en su trayectoria porque supone una reescritura casi total de su obra y la construcción del programa estilístico planiano, con el que trascenderá el periodismo y consolidará su estilo. Mientras tanto, resurge poco a poco la cultura en lengua catalana.

En 1951 recibe el Premio Joanot Martorell de novela por la novela, "El carrer estret", inspirada en la calle de Palafrugell llamado así popularmente (oficialmente, carrer Sant Antoni). Al mismo tiempo, determinados sectores de la oposición franquista le van marginando, aunque ya es, entonces, el escritor más leído en lengua catalana. No le perdonan su apoyo al franquismo durante la guerra civil, ni su convivencia, aparentemente no conflictiva, con el régimen (Pla confiaba en una evolución pacífica y ordenada hacia la democracia). Ni siquiera le perdonan su desprecio por las formas literarias de ficción. Pero la edición de su correspondencia con su editor Josep M. Cruzet a cargo de Josepa Gallofré, demuestra el papel relevante que tuvo Pla en la recuperación de la llengua y la literatura catalana en la resistencia cultural contra el régimen.

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