martes, 5 de julio de 2016

Historia de Catalunya (Los Comtes de Barcelona [Ramón Berenguer III])

Ramón Berenguer III [II]

Sin embargo, ni Ramón Berenguer III "el Gran" ni sus aliados pisanos pensaron en consolidar la conquista. Aunque se reconocieron derechos de posesión y privilegios tanto a catalanes como a pisanos sobre la isla, ésta no fue repoblada por cristianos y Ramón Berenguer tuvo que volver pronto a la península para defender Barcelona de los ataques de los almorávides. Finalmente, una flota almorávide reconquistó Mallorca a finales de aquel mismo año o principios de 1116, cuando los cristianos ya la habían evacuado.

Una narración de la conquista de Mallorca de 1115 se ha conservado en el documento pisano llamado "Liber maiolichinus", en el que se llama a Ramón Berenguer III con los apelativos "Dux Catalensis" o "Catalanensis y catalanicus heros", mientras que sus súbditos son denominados "Christicolas Catalanensis", por lo que se considera la referencia documental más antigua a Catalunya, identificada con los dominios del conde de Barcelona.
Ramón Berenguer III siguió una política de alianzas matrimoniales con el fin de controlar los condados vecinos más pequeños. El condado de Besalú, con sus anexos de Ripoll, Vallespir y Fenolleda, mantenía una precaria independencia bajo el gobierno de una rama dinástica de la "Casa de Barcelona" desde los tiempos de Bernat Tallaferro, bisnieto de Guifré "el Pilós". En 1107, Ramón Berenguer III casó a su hija Jimena, que aún era una niña, con el conde Bernat III, quien por entonces tenía más de 50 años y que hasta entonces no había demostrado tener interés por gobernar sus tierras, habiendo delegado esta tarea en su tío, también llamado Bernat. Al parecer, la intención de este enlace no era otra que el de favorecer la transmisión de Besalú al conde de Barcelona, un gobernante mucho más joven y capaz. El mismo convenio matrimonial ya estipulaba que Ramón Berenguer III heredaría los dominios de Bernat III en caso de morir sin descendencia, como efectivamente así sucedió cuatro años después, en 1111, por lo que Besalú y sus dominios se incorporaron en esa fecha al Contat de Barcelona. Este hecho también devolvió a Barcelona el control sobre el Monestie de Santa María de Ripoll, lugar tradicional de sepultura de los "Comtes de la Casa de Barcelona".

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