martes, 14 de junio de 2016

Historia de Catalunya (Los Condados [XXX])

El Condado d'Urgell [II]

A partir de la muerte del rey Luis "el Tartamudo" (879), el poder de los reyes francos se fue debilitando hasta que llegó a desaparecer. Por lo tanto, y durante el último cuarto del siglo IX, en todo el imperio carolingio los condes dejaron de ser unos funcionarios nombrados por el rey, y consiguieron convertir sus cargos en hereditarios. En esta situación de descomposición del poder real, a la muerte de Guifré "el Pilós" (897), sus hijos se repartieron toda la herencia y pasaron a gobernar sus condados: Barcelona, Girona, Osona, Besalú, Conflent, Urgell y Cerdanya. En este reparto, el condado de Urgell le correspondió a Sunifred II d'Urgell (897–948).

Sunifred II d'Urgell murió en 948 sin descendencia. El condado lo heredó su sobrino Borrell II, que luego sería conde de Barcelona, y además lo fue de Girona y Osona, quien, al morir en el 992, en su testamento, dividió la herencia entre sus dos hijos: Barcelona, Gerona y Osona pasaron a manos de Ramón Borrell (992–1017), mientras que el condado de Urgell quedó bajo el dominio de Ermengol I (992–1010). Con Ermengol I se origina la primera dinastía de Urgell que rigió el condado desde finales del siglo X a principios del siglo XIII.

Originalmente el condado de Urgel correspondía, aproximadamente, a la actual comarca del Alt Urgell. Pero, a partir del siglo XI, cuando comienza el declive del al-Ándalus, motivado por la disgregación del califato de Córdoba dividido en reinos de taifas, la expansión territorial del condado de Urgell se va extendiendo por las tierras que, hasta entonces, estaban dominadas por los musulmanes, así, en el año 1000 se conquistó la región de Ponts, en la Vall d'Artesa de Segre que fue anexionada durante los años 1024–1026; asimismo fue conquistado la Vall de Meiá (1018–1020). Con ayuda de Arnal Mir de Tost, a quien fue vendida Artesa de Segre en 1038, Ermengol II expandió el dominio de Urgell sobre Áger (1034–1048), que con el tiempo se convertiría en la capital de un vizcondado con su nombre. Para frenar el empuje de Ramón Berenguer de Barcelona, Ramiro I de Aragón selló una alianza con Ermengol II acordando un doble matrimonio de su hija Sancha con Ermengol III de Urgel, y de Isabel, hija del conde urgelino, con su propio hijo primogénito Sancho Ramírez, el heredero al trono de Aragón. De este modo el Condado de Urgell y el Reino de Aragón establecen una sólida alianza, y la unión de sus fuerzas permitió a Ramiro I conquistar los castillos de Laguarres, Lascuarre, Capella, Caserras, Falces, Luzás, Viacamp y Benabarre, con lo que impedía a Ramón Berenguer I que había comprado castillos en la zona, en tierras que los condes catalanes reconocieron pertenecer al condado de Ribagorza como parte del reino de Aragón, el acceso al Cinca. Pese a la muerte de Ramiro I, su sucesor Sancho Ramírez y Ermengol III d'Urgell continuaron con un proyecto emprendido por el difunto rey y que contó con el apoyo del papa, que convocó a tropas francesas para emprender la cruzada de Barbastro que acabó con éxito en 1064.

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