martes, 26 de enero de 2016

Asesinos en Serie (Simo Häyhä [III])

De gran ingenio a la hora de apretar el gatillo, Simo se caracterizaba por técnicas como:
- Usaba la mira de acero del propio rifle en vez de una mira telescópica, para así no revelar su posición, ya que un francotirador tiene que alzar su cabeza para usar la mira telescópica, y además la luz solar puede reflejarse en el lente y delatar su ubicación.
- A la hora de seleccionar el objetivo, Simo buscaba al mando de mayor graduación, pero esto no siempre se evidenciaba a simple vista (algunos militares precavidos ocultaban sus distintivos de rango), así que observaba la conducta de sus potenciales blancos, a ver quién daba órdenes, hablaba con operadores de radio o mostraba otra actitud propia de quien tiene el poder en el grupo.
- Compactaba la nieve que tenía frente a él, a fin de que ésta no se alzase cuando disparara. En este mismo empeño, incluso a veces creaba bloques de hielo.
- Colocaba nieve en su boca para no delatarse con el vaho de su respiración.
Fueron todas las técnicas anteriores, junto a la puntería, el ingenio y los reflejos que Simo tenía, lo posibilitaron que, habiendo entrado a la guerra como cabo, terminase como teniente segundo, siendo condecorado por el mariscal Carl Cuando el conflicto bélico término Simo Häyhä, quien había entrado a las filas del ejército finés como un simple soldado de infantería posteriormente ascendido a cabo, recibió el rango de Teniente segundo durante la campaña en el río Kollaa y también fue condecorado por el mariscal Carl Gustaf Emil Mannerheim con la Cruz de Kollaa y la Cruz de Plata, pasando con ello a ser el individuo que más rápido había ascendido de rango en toda la historia militar de Finlandia. Era pues el gran héroe del “Milagro de Kollaa”, batalla en la cual murieron 8000 soviéticos y, durante el episodio conocido en inglés como “The Killer Hill Battle”, 32 finlandeses, entre los cuales estaba Simo, plantearon una feroz resistencia a 4000 soviéticos, mostrándole al mundo que el coraje de los 300 espartanos podía repetirse en la era de la pólvora, los aviones y los tanques.
Cuando la fama de Simo creció entre los soldados soviéticos y éstos empezaron a verlo como una importante amenaza, le pusieron el apodo de "Belaya Smert" (Muerte Blanca); y los oficiales, que se tomaron con seriedad el asunto, montaron operaciones especialmente diseñadas para aniquilarlo.
Primero únicamente enviaron escuadrones para darle muerte, pero Simo se escondía bien e hizo perecer o claudicar a todos los escuadrones que fueron a cazarlo. Ante eso, los mandos soviéticos crearon un escuadrón especial de francotiradores especializados en aniquilar francotiradores, pero Simo los mató a todos.
Desesperados, los soviéticos llegaron a efectuar un ataque de artillería, en el cual el abrigo blanco de Simo fue rasgado por fragmentos de municiones enemigas, cosa que reveló su posición; pero, aún así, él sobrevivió

 




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