jueves, 28 de enero de 2016

Asesino en Serie (Paul Bernardo y Karla Homolka [VI])

Alegando la necesidad de un dar un juicio justo a Bernardo, se le prohibió a la prensa informar acerca de las investigaciones preliminares referentes a Homolka. La corte sólo permitía informar acerca de una sentencia condenatoria pero no permitía informar los motivos de la sentencia. La censura siempre fue conectada al derecho de Bernardo a tener un juicio justo.Una última nota del Ministerio de Abogados de Ontario que la censura fue impuesta realmente para "proteger a las familias".
La Corte impuso la censura el 5 de julio de 1993, y fue decretada por el juez Francis Kovacs de la Corte de Ontario. A través de sus abogados, Homolka apoyaba la censura mientras que los abogados de Bernardo lo veían como algo perjudicial para su cliente desde que Homolka había sido presentada a la gente como su víctima. Cuatro medios de comunicación y también un autor se opusieron a la censura. Algunos abogados dijeron que los rumores perjudicarían mucho más al proceso del juicio que si se mostrara la verdadera evidencia que se estaba presentando.
Sin embargo, Internet evadió la censura. Periodistas estadounidenses se basaron en la Primera Enmienda y publicaron detalles de las declaraciones de Homolka, los cuáles fueron ampliamente distribuidos luego por los "quebrantadores de la censura" principalmente por algunos grupos de noticias. Información y rumores acerca del caso se propagaban y estaban al alcance de cualquiera que tuviera una computadora y un módem en Canadá. Además, muchos de los detalles que circularon por la Internet van mucho más allá de los detalles conocidos del caso. La edición de Newsweek del 6 de diciembre de 1993 informó sin permiso que según corresponsales, los secuestradores cortaban con elementos quirúrgicos los tendones de las piernas de las muchachas para que no pudieran escapar. Otros rumores fueron detalles de otros asesinatos en serie atribuidos a Bernardo y Homolka.

Periódicos de Buffalo, Detroit, Washington, Nueva York y también de Gran Bretaña, informaron de detalles recogidos por gente presente en el juicio de Homolka. La Fox emitió dos programas acerca de los crímenes. Muchos canadienses piratearon a través de la frontera copias del The Buffalo Evening News, sin obedecer órdenes de la policía que había amenazado con arrestar a todo aquel que tuviera más de una copia en la frontera. Copias encontradas fueron confiscadas por la policía canadiense. Copias de periódicos como el The New York Times eran devueltas a la frontera o no eran aceptadas por los distribuidores en Ontario. Gordon Domm, un oficial de policía retirado quien desafió la prohibición que pesaba sobre la publicación de detalles a medios extranjeros, fue acusado y sentenciado por no obedecer las órdenes.
El 18 de mayo de 1993 Homolka fue acusada de dos cargos de homicidio. Bernardo por su parte fue acusado de dos cargos de secuestro, dos de confinamiento ilegal, de abusos y asaltos sexuales y de dos cargos de asesinato en primer grado uno de ellos agravado por desmembramiento. Casualmente ese día el abogado de Bernardo había visto las cintas de video por primera vez. Murray decidió usar esas cintas para culpar a Homolka durante el juicio a Bernardo. Ni Murray ni MacDonald eran experimentados abogados ni tenían la mínima experiencia penal; con el tiempo fueron mostrando su poca ética y pasaron a ser considerados como potenciales criminales cuando se descubrió que ocultaban evidencia. En octubre de 1993, Bernardo y sus abogados habían examinado más de 4,000 documentos procedentes de la Fiscalía. Murray había dicho que ellos estaban dispuestos a entregar las cintas de video a la Fiscalía si se le permitía interrogar a Homolka antes de que ella llegara a la audiencia preliminar. La audiencia nunca se llevó a cabo
El 12 de septiembre de 1994, Cooper asistió al juicio de Bernardo y le informó al juez Patrick LeSage, de la División General de la Corte de Ontario, a John Rosen (quien reemplazó a Murray como abogado de Bernardo) y a los fiscales acerca de lo que la sociedad legal le había pedido hacer a Murray. Rosen sostuvo que las cintas de video debían haber sido primeramente entregadas a la defensa. Murray entregó las cintas junto a un sumario detallado a Rosen quien guardó las cintas de video aproximadamente por dos semanas antes de entregárselas a los fiscales.
La revelación de que una pieza clave en el caso había estado guardada por tanto tiempo por la policía creó un furor en la sociedad, más aún cuando se supo que Homolka había sido una sádica cómplice de Bernardo. No se permitió que las cintas fueran mostradas al público; sólo una parte del audio se permitió ser oída. Mientras tanto, Bernardo seguía insistiendo que si bien el violó y torturó a Leslie Mahaffi y a Kristen French fue Homolka quien las mató.
Luego de que se descubrieron las cintas, un rumor indicaba que Homolka había sido una sádica participante de los crímenes. Ahora, el público sabía del rol que había jugado Homolka y las cintas mostraban lo suficiente como para mandar a ambos a la cárcel. Por eso, muchos creyeron que el acuerdo con Homolka ya no era necesario. Sin embargo, como era mencionado en el acuerdo, Homolka había aportado mucha información sobre el caso por lo que la Fiscalía no halló posibilidad de quebrantar el acuerdo y reabrir el caso.
Fue tarde cuando los jueces Michael Moldaver y Archie Campbell, quienes habían juzgado a Bernardo, dijeron que ella podría haber sido acusada de dos cargos de asesinato en primer grado al igual que Bernardo. El acuerdo con Homolka había sorprendido.
Paul Bernardo fue juzgado por las muertes de Mahaffy y French en el año 1995 y el juicio incluyó declaraciones de la propia Karla en su contra y muestras de los videos en los que Paul violaba a las víctimas. El juicio fue totalmente privado, debido al miedo de la publicación de los videos por parte de la prensa y se trasladó desde Toronto hacia St. Catharines, donde ocurrieron los crímenes. Las declaraciones de Bernardo fueron distintas en todo momento: dijo desde que las muertes habían sido 'accidentales' hasta que Karla era la propia asesina. El 1 de septiembre de 1995, Canadá cerraría una oscura página en su historia, condenando a Paul Kenneth Bernardo a Cadena perpetua. Luego, Bernardo sería declarado "Peligroso Violador", algo que en la ley canadiense equivale a que el condenado no sea liberado nunca por ese peligro.
Desde su condena, Paul Bernardo está tras las rejas en la Penitenciaria de Kingston en Kingston, Ontario, bajo confinamiento solitario, para protegerlo de los demás convictos, ya que según los códigos carcelarios, un criminal como Bernardo nunca sería bien recibido en las celdas comunitarias.
Por su parte, Karla Homolka recibió una sentencia reducida a cambio de su declaración completa contra su ex marido. Fue condenada a 12 años de prisión, una medida que fue muy criticada por los canadienses

fuente:  http://www.asesinos-en-serie.com


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