lunes, 14 de septiembre de 2015

El sexo en la Historia (Grecia [I])

El sexo era algo que formaba parte importantísima en la vida de los griegos. Y no era puro cuento... Si bien, la familia llegó a ser el fundamento de la sociedad; en la esfera sexual, los griegos tuvieron las mayores variantes imaginables. Buscaban, por lo tanto, cumplir el ideal de la vida sexual. Educaban a sus niños en el conocimiento de las funciones sexuales. Procuraban exaltar el erotismo en el ser humano.

Ya en la mitología Griega podemos ver que esta plagada relatos sexuales entre los cuales se cuentan historias de infidelidades terribles entre dioses, semidioses, héroes, etc... Este hecho, ayuda a explicar la aceptación de tales prácticas en la sociedad, ya que si sus modelos a imitar (que eran los dioses) podían ser infieles y tener sexo con mucha gente, éste tipo de práctica por tanto debería ser algo normal para el resto de mortales. Un claro ejemplo es el caso del personaje mitológico por antonomasia, Zeus, el dios mayor, que aprovecho sus poderes para convertirse incluso en cisne, toro... para seducir a las mortales, según los relatos mitológicos, tuvo un sinfin de aventuras con otras mujeres siéndole infiel a su esposa la Diosa Era.



Algunos datos interesantes a tener en cuenta para entender mejor la sexualidad en la antigua Grecia, es que los Griegos hacían un culto a la virginidad, representada por la diosa Artemisa, que era una diosa virgen.
Frente a la práctica de la Prostitución sagrada, procedente de Babilonia, Menfis, Jerusalén y Sumeria se encuentra, por contraste el Culto a la Virginidad, que también nacio en Oriente. Según las creencias griegas, la pérdida de la virginidad era vista como una forma latente de muerte, de aquí surge la leyenda de Artemisa, la diosa virgen. Esto no impidió, no obstante, que dicha divinidad de la Castidad Artemisa se casara con Endimión y fruto de esta unión salieron cincuenta hijas, estas formaban el séquito de su madre, todas eran castas y si se casaban tenían que abandonar la secta para siempre, además según cuenta la leyenda, todas las jóvenes que deseaban acompañarla debían hacer voto de castidad. Sus sacerdotisas eran todas vírgenes y cuando se casaban debían abandonar la Orden sagrada.
La virginidad era para las mujeres como un tesoro, y la pérdida de ésta era como sellar una muerte lenta.

Tampoco era un tema tabú la homosexualidad, tanto femenina como masculina era aceptada en Grecia, de hecho, grandes personajes de la historia griega eran homosexuales declarados, sin que ello afectara a su status social o su prestigio.
En la cultura Griega, la belleza era una símbolo de adoración y admiración por lo tanto admirar la belleza de una persona joven ya sea hombre o mujer, era algo artístico y sublime.


El prototipo de belleza era el masculino, el cuerpo del hombre era símbolo de perfección y admiración, por tanto el amor y por tanto el sexo entre dos hombres era algo sublime. El sexo entre hombre/mujer era algo más encaminado a la procreación.
La prostitución no estaba perseguida, había dos clases de prostitución, de las cuales, las heteras estaban mejor consideradas que las simples prostitutas (πόρναι pórnai) y la Hetera o hetaira (en griego clásico ἑταίρα) era el nombre que recibían las cortesanas, es decir, una "señorita de compañía" sofisticada que se mezclaba con la prostitución.
En la sociedad de la antigua Grecia, las heteras eran mujeres independientes y, en algunos casos, de gran influencia, a quienes se les obligaba a utilizar vestidos distintivos y que tenían que pagar impuestos. Era un colectivo formado principalmente de antiguas esclavas y de extranjeras, y tenían un gran renombre en sus capacidades de danza y música, así como por sus talentos físicos. Existen evidencias de que, al contrario de la mayoría del resto de las mujeres griegas de la época, las heteras recibían educación. También es importante señalar que las heteras no sólo eran las únicas mujeres que podían tomar parte en los simposios, sino que sus opiniones y creencias eran además muy respetadas por los hombres.

Se sabe que en la Grecia Clásica también se practicaban algunas de esta parafilias: Cropofilia, Pederastia, Necrofilia...

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