miércoles, 12 de octubre de 2016

Literatura Catalana (Mercè Rodoreda i Gurguí [IV])

El ambiente de estabilidad que ofrecía el castillo fue perturbado por el inicio de la Segunda Guerra Mundial. En ese momento algunos decidieron huir hacia países de Latinoamérica y otros prefirieron quedarse en Francia; este último destino fue el elegido por Rodoreda y Obiols. En consecuencia, se trasladaron a la casa Villa Rosset, en la periferia del pueblo. Mercè Rodoreda, junto con otros escritores que aún se refugiaban en Francia, tuvo que huir de París, a mediados de junio de 1940, por el avance de los soldados alemanes que iban en dirección a Orleans por la vía de Artenay. Josep Maria Esverd pudo conseguir una camioneta para huir de Francia, sin embargo, al día siguiente fue requisada por las tropas francesas. Tras un intento fracasado de coger el tren, tuvieron que huir a pie hacia el sur. El objetivo era atravesar el río Loira para poder entrar en la zona no ocupada, pero poco antes de llegar a Orleans la vieron en llamas y no quedaba ningún puente en pie en ese tramo del río Loira, en consecuencia , se desviaron de la ruta fijada.
Durante doce días se resguardaron en una granja hasta la firma del armisticio del 22 de junio de 1940, después de haber atravesado el Loira a través de la localidad de Meung-sur-Loire que se encontraba totalmente destruida. De allí viajaron aún más al sur hasta establecerse esta vez en Limoges.
En Limoges, se instaló en una habitación en el número 12 de la calle de las Hijas de Nôtre Dame. Fueron unos años duros para la autora, pues el 5 de junio de 1941 su compañero sentimental Armand Obiols fue detenido, y se quedó sola hasta octubre de ese mismo año. Durante aquel tiempo, Armand Obiols tuvo que hacer trabajos forzados en Saillat-sur-Vienne en una cantera. Sin embargo, diversas gestiones de Rodoreda consiguieron que fuera destinado a Burdeos. Cuando Obiols ya estuvo en mejores condiciones de vida en Burdeos, Rodoreda se involucró en un círculo de estudio dedicado a la lectura y el aprendizaje del inglés.
Durante los meses posteriores, la relación entre Mercè Rodoreda y Armand Oriols fue sobre todo a distancia, y solo esporádicamente se pudieron ver en persona. No fue hasta finales de agosto de 1943, que Rodoreda se trasladó al número 43 de la calle Chauffor de Burdeos donde se reencontró con su amante. En Burdeos vivió momentos muy duros y se dedicó a la costura, según palabras suyas, "hasta el embrutecimiento" en un almacén durante gran parte del día, un trabajo que no le dejaba tiempo para escribir.
El regreso a París tuvo lugar en septiembre de 1946 cuando Rodoreda y Armand Obiols se trasladaron a la casa de Rafael Tasis i Marca en el exilio, que se encontraba en el número 9 de la calle Coëtlogon. Poco tiempo después, la pareja se trasladó a la sexta planta del número 21 de la calle Cherche-Midi, muy cerca de la zona residencial de Saint-Germain-des-Prés, que era un lugar de reunión para muchos intelectuales del momento. Este fue su hogar durante ocho años y, de hecho, no se desligó totalmente hasta el año 1977.
A principios de 1947, pudo dejar el trabajo de costurera para pasar a trabajar otra vez como colaboradora en la "Revista de Catalunya". Aparte de publicar durante ese año narraciones en las diversas ediciones de la revista, también pudo publicar algunas en Chile y México. Desde este año 1947 hasta 1953, Mercè Rodoreda no pudo cultivar una literatura de gran extensión porque desde el año 1945 había empezado a tener problemas de salud junto con la reaparición de una parálisis somática en el brazo derecho. Por esta razón, intensificó la creación poética y encontró en Josep Carner su maestro, con quien mantuvo una estrecha relación por correspondencia. En 1952, comenzó una terapia de recuperación en el balneario de Chátel-Guyon. Durante los años que estuvo en París también empezó dos novelas que no terminó

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