martes, 22 de marzo de 2016

Asesinos en Serie (Harold Shipman [VI])

Tras morir Kathleen Grundy, su hija Angela Woodruff quedó impresionada cuando Brian Burguess, el abogado de su madre, le informó de un documento de herencia en el cual su madre manifestaba, como última voluntad, el desheredarla de sus adoradas 386.000 libras esterlinas para dárselas al apreciadísimo doctor que había cuidado de ella hasta sus horas finales: Harold Shipman. Debe ahora, en este punto de la historia, señalarse que dos fueron los grandes errores de Shipman: primero y a nivel de las acciones, el haber redactado el documento de herencia a máquina cuando Kathleen Grundy no tenía ninguna máquina de escribir en su casa; segundo, y a nivel de las actitudes, el dejarse arrastrar por su sentimiento de superioridad (y por su torpeza, quizá) al punto de subestimar a los familiares de la víctima creyendo que, entre ellos, todos serían, como él mismo diría, "estúpidos" que, en el caso en cuestión, no se darían cuenta de que el testamento estaba escrito a máquina (en caso de que supiesen que Kathleen no tenía máquina) y que era realmente extraño, a nivel psicológico, el que una anciana que se había llevado bien con su hija la desheredase de un momento a otro para darle todo a su médico. De ese modo, la abogada Angela Woodruff notó lo anterior e informó rápidamente a la Policía, tras lo cual se exhumó el cadáver de Kathleen Grundy y se lo analizó, dando como resultado la presencia de morfina y, como consecuencia de dicho hallazgo, el arresto que el 7 de septiembre de 1998 sufrió Harold Shipman en su propio domicilio, dentro del cual se encontró una máquina de escribir que, según determinaron los investigadores, fue empleada para redactar el falso documento de herencia de Kathleen Grundy.
Shipman, como ya se ha dicho, siempre manifestó un sentimiento de superioridad y desde que empezó a trabajar se manifestó como un sujeto adicto al control. John Pollar, forense y ex compañero del asesino, dijo de Shipman lo siguiente:  
- "Simplemente disfrutaba contemplando el proceso de morir y gozaba con el sentimiento de control sobre la vida y la muerte".

 

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