martes, 22 de marzo de 2016

Asesinos en Serie (Harold Shipman [V])

- "Mi madre tenía fe total en él y eso es lo más doloroso para mí: puedo verla sonriéndole mientras él le ponía aquella inyección letal; ella creía que era para curarla", dijo Chris Bird, directivo del Manchester City, cuya madre, Violet Bird de sesenta años, murió en 1993 por una inyección de morfina que le inyectó Shipman, quien en 1997 habría de llegar a la cúspide de su carrera criminal con 37 asesinatos cometidos a lo largo de ese nefasto año.
A pesar de todo, las artimañas de Shipman no pasaron desapercibidas para la Dra. Linda Reynolds, quien estaba preocupada por el insólito índice de defunciones que se presentaba en los pacientes de Shipman y por el hecho de que la cremación fuese tan realizada en los pacientes fallecidos de Shipman, quien en opinión de Linda Reynolds estaba matando a sus pacientes, aunque ella no tenía claro si era por pura negligencia o si había intención. Sea cual fuera el caso, la Dra. Reynolds decidió ir a visitar a John Pollard, quien en marzo de 1998 ocupaba el puesto de Jefe de Medicina Legal del Distrito Sur de Manchester.
Tras las denuncias de Linda Reynolds la Policía comenzó a investigar pero, a falta de avances, las investigaciones se detuvieron el 17 de abril de 1998. Ya libre de la Policía, Harold alcanzó a matar a tres personas más hasta su arresto.
Era realmente desconcertante el que un cuadro tan anómalo no llamase la atención de suficientes personas: en 25 años Shipman había certificado la muerte de 521 personas, rompiendo así, muy por encima de cualquier otro médico, el record de certificaciones de muerte emitidas por un solo médico en el Reino Unido (Inglaterra); el 80% de los pacientes de Shipman habían fallecido sin la presencia de un familiar, la mayoría entre la comida y la llamada "hora del té"; y, aún más que lo anterior, estaba el hecho de que algunas veces Shipman había pedido que le regalen objetos personales del fallecido a los familiares de la víctima.
La última víctima de Shipman fue la adinerada Kathleen Grundy, quien el 24 de junio de 1998 murió en su casa cuando Shipman fue a hacerle una visita médica con su amiga la morfina, siempre lista para la acción.

 

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