
No es la única versión donde Hércules, convertido en gigante, funda la ciudad tras un descanso merecido al llevar a cabo una ardua tarea. En esta versión, nuestro héroe, decide fundar Barcelona tras haber levantado los Pirineos, ya que estos fueron erigidos como sepultura para la bella Pirene, hija del mítico rey Túbal, el primer rey de los íberos. Tas el ingente trasiego de las enromes rocas que hoy conforman la sierra de los Pirineos Hércules se siente en la falda de Montjuïc y al contemplar las hermosa pradera que se extiende a sus pies decide que cuando tenga un momento entre tarea y tarea fundará allí una ciudad. Pasaron los años y por fin reunió a los hombre necesarios para establecer una colonia, estos se emprendieron el viaje en nueve barcas pero a medio camino les sorprendió una tormenta que provocó que ocho de ellas acabaran en la costa este de la Galia, donde fundarán Massalia, Marsella. La novena de las barcas permanecía perdida, así que Hércules se dispuso a buscarla y la encontró a las faldas de Montjuïc, destino originario de la expedición. Al ver que aquellos colonos ya habían empezado a levantar la ciudad, decidió bautizarla como Barcanona, la barca novena y de aquí el nombre de Barcelona.
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