
A las similitudes del arma utilizada y
el lugar escogido para los asesinatos se había unido la tesis (sin
confirmar) de que el homicida habría dejado siempre una carta en la que
amenazaba con actuar de nuevo, lo que hizo crecer el pánico entre las
jóvenes italianas.
Luego asesinó a dos guardias que lo
sorprendieron cuando estaba a punto de matar a un transexual venezolano
de nombre Julio Castro alias Lorena, quien resultó sólo herido y fue
clave para diseñar su retrato hablado. El 6 de mayo de 1998 delante del hospital genovés de San Martino, Bilancia fue capturado por la policía italiana.
Durante más de una semana guardó silencio absoluto, acogiéndose al derecho de no declarar, hasta
que finalmente se derrumbó ante el juez, confesando con estas palabras
escalofriantes: "Sí, he sido yo. Las he matado aunque no sé por qué, no
estoy bien, ayúdenme a curarme".
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