domingo, 18 de octubre de 2015

Leyendas en la Peninsula Iberica (El Chantre de Calahorra [II])

La reconstrucción de la ciudad se llevó a cabo en el antiguo núcleo original y al este del mismo. El período romano fue muy floreciente y favorecedor para la ciudad. La Calagurris inicial obtuvo el título de Násica (Nassica) en el año 171 antes de Cristo. Le fue otorgado por Publio Cornelio Escipcion Nasica. Julio César le añadió el de Iulia poco tiempo después de su conquista, a mediados del siglo I antes de Cristo. La fidelidad calagurritana a Roma y la fama de sus guerreros era tal que Augusto formó una guardia personal con soldados procedentes de Calagurris, además de licenciar a un destacamento, y la obtención de otros privilegios como el título de municipium civium Romanorum, el cual otorgaba a sus habitantes la plena ciudadanía romana.
La extensión de la ciudad trascendió las murallas de la misma, ubicada sobre el cerro que domina la vega, y obligó a la construcción de algunos edificios públicos, como el circo, fuera de las mismas. El circo se ubicaba en lo que hoy es el paseo del Mercadal. Calagurris, como cualquier ciudad romana relevante, tenía todos los servicios necesarios, templos, foros, termas, teatros, anfiteatro... Fue también sede de la administración de justicia.
Su importancia estratégica le posibilitó el ser ceca cuarenta años después de su conquista. Se tiene constancia que se acuñó moneda al menos en tres períodos históricos, en las guerras sertorianas, en el reinado de Augusto y Tiberio y en época visigótica bajo el reinado de Suintila.
La primera noticia del establecimiento del cristianismo en el municipio de Calahorra se tiene en referencia al martirio y ajusticiamiento de los que ahora son sus patrones, San Emeterio y San Celedonio, que fueron legionarios romanos que abrazaron la fe de Cristo, y como consecuencia de ello fueron decapitados. La leyenda cuenta que sus cabezas fueron arrojadas al río Ebro y que estas, en vez de ser arrastradas por la corriente, ascendieron río arriba. El martirio de estos soldados de las legiones romanas sucedió a finales del siglo III; pudo ser en la persecución de Diocleciano o en la de Valeriano cuando fueron encarcelados y puestos ante la alternativa de renunciar a su fe o abandonar la profesión militar. Se cree que sucedió en el lugar donde ahora se levanta la Catedral de Santa María.

El mantenimiento de la residencia del obispo ha llegado a nuestros días, aunque ha habido intentos de traspasarla a la capital riojana, denominándose en la actualidad Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño.
Ramiro I proclamó en el siglo IX el Voto de Santiago en la Catedral de Santa María, que estuvo vigente hasta la promulgación de la Constitución de las Cortes de Cádiz.
Los musulmanes conquistaron la ciudad el año 714 dejando su impronta en la agricultura y el urbanismo.
La importancia estratégica de Calahorra también sería fundamental en la dominación árabe. Debido a ella fueron varias veces las que cambió de manos hasta que en abril de 1405 el rey García III de Nájera la conquistó y unió al reino de Nájera-Pamplona, antecesor del reino de Navarra. Como toda La Rioja, fue tierra codiciada por los reinos fronterizos de Castilla, Navarra y Aragón. Fue incorporada al Reino de Castilla por Alfonso VI, aunque se mantuvieron las luchas fronterizas con Navarra y Aragón.
En esta ciudad, el rey Enrique II de Castilla, fue coronado en la Catedral de Santa María. También Calahorra, fue visitada por los Reyes Catolicos y posteriormente por su nieto Carlos I

Con la anexión de Navarra por Fernando el Católico, 1512, se pacificó definitivamente toda la zona. La ciudad fue visitada por el papa Adriano VI, el 22 de marzo de 1522


No hay comentarios:

Publicar un comentario