jueves, 15 de septiembre de 2016

Historia de Catalunya (El Feudalisme en Catalunya [XI])

Fue también durante el gobierno de Ramon Berenguer III cuando se restauró el arzobispado de Tarragona. La iniciativa tenía los precedentes de la conquista carolingia de Catalunya y más recientes: A raíz de la conquista de Toledo en 1085 y la restauración de su arzobispado en 1088, las autoridades catalanas iniciaron una serie de contactos con Roma para conseguir del papado la restauración del arzobispado de Tarragona, no sin la fuerte oposición de las sedes de Toledo y Narbona. En 1116 Ramon Berenguer III obtuvo, finalmente, el acuerdo del papa y, después de interesarse sobre el asunto el obispo de Barcelona, Oleguer, este recibió el nombramiento de arzobispo del papa Gelasio II (1118).

Para materializar el proyecto hacía falta, pero, conquistar Tarragona, repoblarla y defenderla de los musulmanes de Tortosa, Prades y Siurana. A tal fin, Oleguer firmó un acuerdo con el caballero normando Robert Bordet, por el cual este se hacía feudatario del arzobispo y se comprometía a ocupar, repoblar y restaurar la ciudad de Tarragona. De este modo, la obediencia de la Iglesia catalana al arzobispo de Narbona, que había durado 300 años, se acabó.
Muy pronto el Mediterráneo fue también un centro de acción de la diplomacia y la milicia de los condes catalanes puesto que durante los siglos IX y X los condes de Empurie0s habían desarrollado una discreta actividad marinera, comercial y pirática. Y en el siglo XI las relaciones condales en el ámbito mediterráneo se tradujeron en el enlace de Ramon Berenguer II con la princesa normanda Mafalda de Pulla-Calabria (1078). Este matrimonio marcaba para la Casa de Barcelona los inicios de una política italiana que tuvo una continuidad fiel en el futuro: Pere II "el Gran", descendiente lejano, se casó en el siglo XIII con Constanza de Hohenstaufen, descendiente de la dinastía normanda de Sicilia, y de aquí vino la incorporación de Sicilia a la Corona de Aragón.

Sin embargo, las relaciones diplomáticas y las actividades comerciales de los cristianos en el Mediterráneo occidental se encontraban, en esta época, amenazadas por los ataques de los corsarios musulmanes de las Islas Baleares. Mientras se desarrollaban en el Mediterráneo oriental las primeras ofensivas de los cruzados, que cambiaban la correlación de fuerzas, Ramon Berenguer III firmó un convenio con Pisa (Sant Feliu de Guíxols, 1113) para llevar a cabo una expedición contra Mallorca, a la cual se unieron flotas procedentes del sur de Francia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario