lunes, 22 de agosto de 2016

Literatura Catalana (Ramon Llull [V])

Si así fue, lamentablemente no fue escuchado por tercera vez, ya que los templarios fueron suprimidos como orden y muchos de ellos murieron en la hoguera, encabezados por su último Gran Maestre Jacques Bourguignon de Molay en 1314. La Orden como institución fue suprimida por Clemente V en el mismo acto como decreto papal y no como decisión del Concilio, a causa del descrédito en que había incurrido por las acusaciones recibidas, y no por su culpabilidad.

Una de las propuestas presentadas por el franciscano, a saber, crear colegios para enseñar a los misioneros el idioma hebreo, el árabe y las lenguas orientales fue aceptada, mientras que la otra (marchar a una nueva cruzada) fue rechazada.
Terminado el Concilio, Ramon viajó a Túnez para continuar misionando. Es este trayecto escribió Liber de Deo et de mundo ("Libro acerca de Dios y el mundo") y Liber de maiore fine intellectus amoris et honoris ("Libro acerca del fin mayor de la inteligencia: el amor y el honor"). Ambas están fechadas en diciembre de 1315 y serían sus últimas obras.Se desconoce la fecha exacta de su muerte. Se considera que falleció entre 13151 y 1316, cuando regresaba de su viaje desde Túnez hacia Mallorca. Ciertos cronistas afirmaron que fue linchado por una turba de airados musulmanes en Bugia, de lo que no hay prueba formal aunque padeciera prisión, golpes e insultos.
Está enterrado en la iglesia del Convento de San Francisco de Palma de Mallorca.

Seguidor, como buen franciscano, del pensamiento de Roger Bacon y San Buenaventura, Llull introdujo una gran innovación al incluir el pensamiento moral caballeresco dentro de la filosofía y la teología de su tiempo.Por ello Llull se embarcó también en una cruzada en pro del pensamiento místico y caballeresco en contra del racionalismo a ultranza representado por el pensador cordobés Averroes.
Ramon insistió en la doctrina de la Inmaculada Concepción de María, contra la opinión, entonces ortodoxa, de Santo Tomás de Aquino. La esencia divina había de tomar una primera materia perfecta para poder formar el cuerpo de Jesús. Ello era impensable si María misma había nacido sujeta al Pecado original, por lo que ella tenía que haber sido concebida sin pecado. Estas ideas llevaron al Inquisidor Nicolás Aymerich a perseguir póstumamente las obras de Ramon Llull. Sin embargo, el rey Pedro el Ceremonioso protegió la memoria del beato y expulsó al Inquisidor del reino de Aragón, y, finalmente, la Iglesia católica terminó por establecer la opinión de Llull como dogma.

A pesar de ser un misionero cristiano, Llull amaba y comprendía el pensamiento árabe y respetaba en gran medida sus avanzados sistemas. Así, en su primer libro utiliza la lógica de los científicos árabes, su simbología, su álgebra y sus razonamientos.
Escribía y hablaba perfectamente en mallorquín, latín y árabe; y utilizaba indistintamente cualquiera de estas lenguas para dirigirse a quien la comprendiera mejor. Si el público de su nuevo libro era de baja condición, no vacilaba en expresar los más elevados conceptos filosóficos en alegres versos, y siempre preconizó la conversión de los infieles por la vía del cariño, del amor y sin ningún tipo de coerción ni de violencia.

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