lunes, 22 de agosto de 2016

Historia de Catalunya (Incendio de la "Bonaplata" [I])

La "Fábrica Bonaplata" (1832-1835), en la ciudad de Barcelona, fue la primera industria textil movida por la fuerza del vapor en España. Por eso también fue conocida como "Vapor Bonaplata" o simplemente como "El Vapor".
La industrialización moderna se inicia en Catalunya precisamente con esta empresa. Hasta 1832, en Catalunya, se habla de etapa pre-industrial y a partir de este momento de industria moderna. Esta nueva industria va ligada a dos elementos fundamentales: la máquina de vapor como fuerza motriz y la maquinaria hecha de hierro fundido. En Catalunya las máquinas que utilizaba la industria textil eran de madera: máquinas de hilar, telares y mesas de estampación. "Bonaplata" será la primera en utilizar las máquinas de hilar y los telares mecánicos de fundición y junto con esta nueva maquinaria las técnicas metalúrgicas para construirla y repararla.

Estas máquinas de hierro fundido pesaban enormemente y no podían ser movidas por la fuerza de un hombre o de un animal. Un sistema habría sido utilizar la energía hidráulica pero esta sólo era posible junto a los ríos. Los fabricantes de Barcelona no tenían esta fuerza motriz al alcance y por eso fue necesario introducir la máquina de vapor.
Por lo tanto la maquinaria textil moderna fue implementada junto con una nueva fuerza motriz suficientemente potente: el vapor.
La familia Bonaplata ya estaba vinculada al textil antes de crear "El Vapor". Así Ramón y Gabriel Bonaplata constan como fabricantes de indianas en 1803. Ramón Bonaplata y Roig, casado con Teresa Corriol, tuvo cinco hijos. El mayor, Salvador, siguió con el negocio de estampación de su padre. El segundo, Josep Bonaplata y Corriol, fue el motor de la innovación ayudado por los otros hermanos y por otros fabricantes conocidos suyos con los cuales formó una sociedad.

Josep se dedicó a estudiar la manera de mejorar la hilatura y el tejido. En junio de 1829 obtuvo permiso para importar maquinaria para hilar estambre y en noviembre del mismo año, junto con Joan Vilaregut y Albafull, fabricante de tejidos de algodón, consiguió permiso para importar máquinas de tejer mecánicamente todo tipo de hilos. Estos dos socios instalaron una primera fábrica en Sellent (Valencia) que utilizaba como fuerza motriz dos ruedas hidráulicas. En la nueva fábrica trabajaron hasta 300 personas y ya incorporaba la nueva maquinaria de hierro. Pero la experiencia no acabó de funcionar por los problemas de transporte de las materias primas y de los tejidos acabados. También tuvieron problemas coyunturales: algunos de los transportes de materiales fueron robados e incluso incendiados. Con todo esto Josep se decidió a hacer un viaje en Inglaterra para conocer los nuevos adelantos en maquinaria textil y estudiar de cerca la aplicación del vapor.

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