miércoles, 24 de agosto de 2016

Historia de Catalunya (La Renaixença [I])

Fue un movimiento cultural en los territorios de habla catalana que llega a su esplendor durante la segunda mitad del siglo XIX. Su nombre surgió de la voluntad de hacer renacer el catalán como lengua literaria y de cultura después de los siglos de diglosia respecto al castellano (periodo llamado genéricamente "Decadència"). Es paralelo a otros similares, como el Rexurdimento gallego.
Los autores más importantes de este movimiento fueron Joan Maragall, Jacinto Verdaguer y Buenaventura Carlos Aribau y uno de los puntos clave de su difusión fueron los Jocs Florals. El estilo de la "Renaixença" es parecido al Romanticismo europeo, predominio de los sentimientos, la exaltación patriótica y los temas históricos. La lengua utilizada mezclaba cultismos y neologismos con palabras de la cultura popular. El inicio de la "Renaixença" se ha situado tradicionalmente en agosto de 1833 cuando se produjo la publicación de la "Oda a la Patria" de Buenaventura Carlos Aribau en el diario "El Vapor", a la que siguieron los 27 poemas en catalán de Joaquim Rubió i Ors que publicó en el Diario de Barcelona a partir de 1839 y que fueron reunidos en el libro titulado "Lo Gayter del Llobregat" (1841), el seudónimo del autor, quien en la introdución exponía su programa literario, basado en el amor a "las cosas de sa patria" y en la reivindicación del idioma que "desgraciadament se pert dia a dia" y del que algunos se avergüenzan de que se les "sorprengue parlant en catalá"
El interés del movimiento se centró en la literatura, y dentro de ella en la poesía, por lo que se considera como uno de sus hitos la celebración de los primeros !Jocs Florals" en 1859 organizados por el Ayuntamiento de Barcelona, aunque tuvo un antecedente en 1841 con el certamen poético convocado por la Academia de Buenas Letras, en el que resultaron premiados un poema de Rubió i Ors sobre los almogávares y una memoria histórica de Braulio Foz sobre el compromiso de Caspe. Los Jocs con sus tres premios ordinarios: "a la fe, la patria y el amor" fomentaron los poemas de exaltación historicista y los tres discursos rituales, del presidente, el secretario y uno de los mantenedores, se convirtieron en "una cátedra de regionalismo", según se dijo tiempo después, que atraían a un público numeroso y variado. Así, "los Jocs avivaron el sentimiento de catalanidad, mientras proclamaban la españolidad de Cataluña"
Sin embargo, como denunció a principios del siglo XX el líder nacionalista catalán Enric Prat de la Riba, los que impulsaban los Jocs Florals, "lloraban los males de la lengua catalana y en su casa hablaban en castellano; enviaban a los Juegos Florales hermosas composiciones llorando trágicamente los males de Cataluya, y fuera del redil de los Jocs ya no se acordaban de Catalunya y se asociaban con sus enemigos". Proponían la huida hacia un pasado idealizado en un momento de grandes cambios económicos y sociales, ya que, a excepción del liberal progresista Víctor Balaguer, aunque su primera poesía en catalán la dedicó "A la Verge de Montserrat", la mayor parte de los integrantes de la primera Renaixença fueron afines al moderantismo. Rubió i Ors, por ejemplo, fue mucho más conocido en España por obras integristas como "El libro de las niñas" (1845) o "Manual de elocuencia sagrada" (1852) y en el discurso que pronunció ante la reina Isabel II con motivo de la apertura del curso 1861-1862 de la Universidad de Barcelona, defendió que "las universidades, manteniéndose católicas, sean en España las encargadas de impedir que el error se derrame por nuestro suelo"

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