El 1
de octubre el General Sanz publicó un bando prohibiendo la entrada de
personas en el interior de la ciudad, bajo pena de muerte a aquel que se
encontrara en la línea intentando entrar víveres. Esto provocó un encarecimiento de los alimentos perecederos. El
amanecer del día 4 entra el somatén en Olot desalojando los
centralistas que se habían pronunciado en esta ciudad el 9 de septiembre
anterior sometiéndose al gobierno provisional de Madrid. Penetran
las tropas en Almería que se había adherido al pronunciamiento del anterior 29 de septiembre. En Granada fracasa también ese día el intento de pronunciamiento que es sofocado por las tropas del Gobierno. Girona comienza a ser atacada por la columna de Prim. Empezaron a escasear en Barcelona la mayoría de productos de consumo: carne, el arroz, la leña, legumbres, sal ...
El día 6 de octubre los pronunciados proyectaron asaltar la Ciutadella. El plan involucraba una fuerza de asalto formada por unos 400 hombres de la compañía de presidiarios, la compañía de Milicia Nacional voluntaria y la otra del pueblo de Sant Martí de Provençals, dejándose una fuerza de mil hombres en reserva en el plan de Palau para apoyar el ataque. Prevenida la tropa durante toda la noche este asalto se intentó a las cuatro de la madrugada del día 7 avanzando sin ningún problema hasta los fosos colocando escaleras asaltante uno de los su baluarte. Al llegar arriba el primer hombre empezaron a disparar desde las troneras de la Ciutadella. El batallón de América y las baterías del Príncipe y de Don Fernando causaron la desbandada del intento de asalto dejando más de un centenar de muertos en los asaltante entre ellos el vicepresidente de la junta José María Bosch, y apenas dos soldados y un oficial heridos en la guarnición del fuerte. El mismo día 7 también resultó herido mortalmente José Lugar, gobernador del baluarte de Mediodía, contra el que había disparado fuertemente la Ciutadella. El baluarte de Midi quedó derruido y las balas disparadas desde la Ciutadella impactaban contra los edificios de primera línea, entre ellos el edificio de la Lonja.
El día 8 a hacia las nueve de la noche, después de un día sin rasgos artillería, la Ciutadella empezó a disparar balas rasas y granadas contra las barricadas delante, y la Plaza Sant Jaume; por su parte desde el Castell de Montjuïc se dispararon dos granadas en la Plaça de Sant Jaume con una separación de un cuarto de hora entre ellas. De 11 a 12 cesó el fuego de artillería de la Ciutadella y de esa hora hasta el amanecer disparó algunos tiros esporádicos. El coronel Francesc Palmés de las Escuadras de Catalunya desarma la Milicia Nacional de l'Hospitalet de Llobregat, conduciendo las armas en la Ciutadella
El día 6 de octubre los pronunciados proyectaron asaltar la Ciutadella. El plan involucraba una fuerza de asalto formada por unos 400 hombres de la compañía de presidiarios, la compañía de Milicia Nacional voluntaria y la otra del pueblo de Sant Martí de Provençals, dejándose una fuerza de mil hombres en reserva en el plan de Palau para apoyar el ataque. Prevenida la tropa durante toda la noche este asalto se intentó a las cuatro de la madrugada del día 7 avanzando sin ningún problema hasta los fosos colocando escaleras asaltante uno de los su baluarte. Al llegar arriba el primer hombre empezaron a disparar desde las troneras de la Ciutadella. El batallón de América y las baterías del Príncipe y de Don Fernando causaron la desbandada del intento de asalto dejando más de un centenar de muertos en los asaltante entre ellos el vicepresidente de la junta José María Bosch, y apenas dos soldados y un oficial heridos en la guarnición del fuerte. El mismo día 7 también resultó herido mortalmente José Lugar, gobernador del baluarte de Mediodía, contra el que había disparado fuertemente la Ciutadella. El baluarte de Midi quedó derruido y las balas disparadas desde la Ciutadella impactaban contra los edificios de primera línea, entre ellos el edificio de la Lonja.
El día 8 a hacia las nueve de la noche, después de un día sin rasgos artillería, la Ciutadella empezó a disparar balas rasas y granadas contra las barricadas delante, y la Plaza Sant Jaume; por su parte desde el Castell de Montjuïc se dispararon dos granadas en la Plaça de Sant Jaume con una separación de un cuarto de hora entre ellas. De 11 a 12 cesó el fuego de artillería de la Ciutadella y de esa hora hasta el amanecer disparó algunos tiros esporádicos. El coronel Francesc Palmés de las Escuadras de Catalunya desarma la Milicia Nacional de l'Hospitalet de Llobregat, conduciendo las armas en la Ciutadella
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