miércoles, 17 de agosto de 2016

Historia de Catalunya (El Pogrom de Barcelona [I])

El "pogrom" de Barcelona de 1391 fue una revuelta popular en contra de los que profesaban la religión judía. La violencia fue tan grande que destruyó el "call" (barrio judio [juderia] en la Corona de Aragón). La destrucción del "call" de Barcelona hay que situarla en un contexto de crisis bajomedieval que estaba exacerbando un antisemitismo ya latente en las sociedades cristianas. En el discurso público cada vez se generalizaba más la idea de eliminar para siempre el colectivo judío dentro de la civilización cristiana.
Aquel año 1391 ya se habían producido dos asaltos sonados que incitaron los ánimos en Barcelona. El 4 de junio la turba había destruido por completo la judería de Sevilla, lo que significó el pistoletazo de salida para el asesinato en masa de judíos en las ciudades del reino de Castilla. Y el 9 de julio la furia popular saqueó el "call" de Valencia hasta que la mayoría de sus habitantes accedieron a pasarse al cristianismo.
Vista la violencia creciente de la gente, el 17 de julio el Consell de Cent decidió tener a punto mil hombres armados para proteger el call barcelonés y los oficiales reales de cualquier ataque. Incluso los días 22, 23 y 25 varios ciudadanos honrados, comerciantes y artesanos armados hicieron guardia frente a la casa de la ciudad. El día 2 de agosto se asaltó el call de Ciutat de Mallorca, y este fue el detonante del pogrom barcelonés.El primer alboroto se inició el sábado 5 de agosto en el barri de la Ribera para que un barco acababa de llevar la noticia de la destrucción de la judería de Ciutat Mallorca. Entonces se generó un tumulto espontáneo que se dirigió al "call" de la ciudad para obligar a los judíos a convertirse al cristianismo. En la Plaça de Sant Jaume, la entrada principal, prendieron fuego a la puerta de madera y entraron en tromba en el barrio y prendieron fuego en muchos puntos. Los cristianos forzaron las familias judías que encontraron a seguirlos hasta las iglesias, a fin de convertirlos. La mayoría pudo refugiarse en el Castell Nou, pero al menos un centenar que se negaron fueron simplemente asesinados. Guardias armados dispersaron los alborotadores del "Call Major" y el "Call Menor".

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