miércoles, 17 de agosto de 2016

Historia de Catalunya (Agustina Raimunda María Saragossa i Domènech [I])

Nacio en Barcelona, bautizada el 6 de marzo de 1786 - Ceuta, 29 de mayo de 1857. Fue una defensora de Zaragoza durante los Sitios, en la Guerra de la Independencia Española. A principios del siglo XX se estableció sin lugar a dudas su nacimiento en 1786 en la ciudad de Barcelona, concretamente en el barrio de La Ribera, en la calle de los Sombrereros. Hija de Francesc Ramón Saragossa i Labastida, obrero, y de Raimunda Domènech i Gasull, ambos naturales de Fulleda (Lérida), fue bautizada el 6 de marzo de 1786 en la basílica de Santa María del Mar de Barcelona, contigua a la calle donde nació.
Agustina se casó a los 17 años con Joan Roca Vilaseca, cabo de artillería, el 17 de abril de 1803 en la iglesía de Santa María del Pi de Barcelona. El matrimonio tuvo un hijo varón cuyo nombre se desconoce, que murió a corta edad. Su marido participó desde el principio en la Guerra de la Independencia, tomando parte en la batalla del Bruch. Los acontecimientos de la guerra los llevaron a él y a Agustina a Zaragoza.
Durante el asedio de esta ciudad, Agustina llevó a cabo la acción que la hizo célebre. Tras haber caído heridos o muertos todos los defensores de la puerta llamada del Portillo, las tropas francesas se aprestaron a tomarla al asalto. Agustina, que llevaba la comida a su marido, tomando la mecha de manos de un artillero herido consiguió disparar un cañón sobre las tropas francesas que corrían sobre la entrada. Dice la leyenda que los asaltantes franceses, temiendo una emboscada, se batieron en retirada, y nuevos defensores acudieron a tapar el boquete, defendiéndose la ciudad una vez más.
Había nacido el mito de Agustina de Aragón o La Artillera, nombre que se le dio a partir de entonces a la mujer, que, en un momento en que eran tan necesarios los ejemplos de heroísmo, pasó a ocupar un lugar destacado en las páginas de los libros de historia de España
Nuevamente la leyenda cuenta que, enterado el general Palafox de tal hazaña, mandó llamar a la joven y allí mismo, sobre el campo de batalla, la felicitó y concedió el distintivo de subteniente con el uso de los escudos de distinción con el lema de cada uno de ellos: "Defensora de Zaragoza" y "Recompensa del valor y patriotismo".

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