martes, 17 de mayo de 2016

Presidents de la Generalitat (Josep Irla i Bosch [V])

Los primeros años de su mandato estuvieran marcados por un contexto enormemente adverso, con fuertes limitaciones para una mínima actuaciones institucionales derivadas de la Segunda Guerra Mundial en curso, la diáspora de los exiliados catalanas y el peligro permanente para los que se mantenían en territorio francés, las divergencias estratégicas no ya dentro de las fuerzas republicanas, sino dentro de la misma izquierda, junto con la escasez de recursos economicos, ponía en peligro su existencia.En la clandestinidad el presidente Josep Irla mantenía contactos con los catalanes dispersos por toda Francia; una vez alejada la guerra del territorio francés, nombra a principios de 1945 un Consejo Asesor de la Presidencia de la Generalitat, que toma posesión en enero siguiente con la función de preparar las Tareas de un futuro Gobierno catalán y que estaba estructurado por medio de Departamentos Gobernamentales. En septiembre de 1945, nombrá al Gobierno de la Generalitat en el exilio formado por personalidad, aúnque sin carteras específicas, y que fué el único que existía. La incorporación de Carles Pi i Sunyer, hasta entónces impulsor del Consejo Nacional de Catalunya de Londres, permitio cerrar definitivamente la dualidad que habia existido en los años anteriores entre éste organismos (que se consideraba sucesor del creado por Compayns en 1940 en París y que habia defendido posiciones más rupturistas) y la Presidencia y su entorno más inmediato; también formaron Parte del Gobierno: Pompeu Fabra, Antoni Rovira i Virgili, Josep Carner, Joan Comorera, Manuel Serra y Moret y Pablo Padrón.Este Gobierno (1945-1948), además de la conseguir una continuidad institucional, intentando preparar el retorno a Catalunya, mantuvo relaciones con los catalanes del interior, se preocupa por la situación de los catalanes exiliados manteniendo siempre viva la voluntad democrática de Catalunya, la defensa la lengua catalana, y divulgar la situación de Catalunya a nivel internacional,En este sentido, Josep Irla dirigue en 1946 un memorándum en la ONU, en el que, tras exponente la realidad histórica catalana, Hacia expresa la denuncia de las medidas del dictador Franco contra la autonomía, la cultura y la economía de Catalunya; pide a las Naciones Unidas que condenen el régimen de Franco y reconozcan el daño que ha hecho en Catalunya. Pero solo obtiene una tibia condena internacional que no menciona la legalidad republicana aplastada por el alzamiento militar ni hace referencia al caso catalán. Sin embargo, el creciente desencanto entre los sectores del exilio catalán que habian confiado en que el final de la Segunda Guerra Mundial significaba la caida del régimen franquista, al ver que este afirmaba cada vez más, unido a las disensiones propias la política catalana, hicieron entrar en crisis a este Gobierno al final de 1947 y el presidente lo disolvio el 22 de enero siguiente. El presidente Josep Irla declaro en ese momento: 
- "La obra de la Generalitat no puede sufrir ninguna interrupción y continuará desempeñándose con el espíritu patriótico de siempre (...)".  
A partir de entónces, la representación institucional de la generalidades queda personalizada en su presidente.Entre 1948 y 1954, Josep Irla intenta mantener las actuaciones, siempre con unos recursos economicos escasos. La política en el exilio se convertía progresivamente en un símbolo y la verdadera tarea de la Geenralitat, indudablemente sería y eficaz, hay que buscarla en los servicios a la cultura (cursos de catalán poe correspondencia dirigidos por Pompeu Fabra), los servicios sociales y de Ayuda , organizados por la Presidencia.

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