Alexander continúo sus asesinatos
durante cinco años en el mismo parque en el que paseaba a su perro
cuando era niño, en febrero de 2007 volvió a matar para demostrarle a la
Policía que seguía libre.
Meses después Pichushkin invitó a
caminar por el parque Bittsevsky a Marina Moskaleva, una compañera de
trabajo en el centro comercial donde Pichushkin trabajaba acomodando
productos en las repisas. Antes de salir, Marina dejó una nota a su
hijo, diciendo con quién iba a estar. El cadáver de la señorita
Moskaleva fue encontrado en las afueras del parque el 14 de junio de
2007.
El 16 de junio la Policía, con la ayuda
de la nota, encontró a Pichushkin en su casa con el martillo en la mano.
Alexander se entregó sin ofrecer resistencia, pronto confesó todos sus
asesinatos dando un fin al terror en el parque Bittsevsky. Sin embargo
el horror apenas empezaba, al confiscar evidencias en la casa de
Pichushkin se encontraron con un tablero de ajedrez con 61 monedas
pegadas y un número en cada espacio. Durante el interrogatorio Alexander
declaró que su misión era llenar los espacios del tablero de ajedrez
con sus víctimas.
Dicho esto le entregó al oficial un
diario con apuntes y un diagrama del tablero que contenía información
sobre sus víctimas. Alexander reiteró su comentario diciendo lo
siguiente:
"Salvaron la vida de muchas personas al atraparme, nunca me hubiera detenido, nunca"
Una vez bajo custodia, Alexander se declaró culpable de cometer 61
asesinatos, sin embargo la Policía sólo le reconoce 49 muertes
confirmadas hasta la fecha. Pichushkin se quejó debido a que considera
injusto para el resto de sus víctimas.
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