Al final fue detenido y terminó
confesando no sólo sus dos últimos crímenes sino tantos otros de los que
ni siquiera era sospechoso.
Con Henry Lee caía también Ottis, que
fue detenido y hasta confesó haber compartido algunos de los crímenes de
su amante. A Ottis le cayó cadena perpetua y murió finalmente en la
cárcel, y a Henry, pena de muerte. Esta fue rechazada finalmente en 1988
y Henry siguió vivo en prisión con un cómputo de 11 asesinatos
demostrados. De todos modos creen que es responsable de ciento cincuenta
y siete asesinatos, de los cuales ciento ocho los cometió en compañía
de Ottis.
Además de la crueldad de sus crímenes,
los dos personajes confiesan otro hecho muy inquietante: Ottis asegura
tener relación con una secta satánica, para la cual los dos asesinos
secuestrarían niños, con los cuales se llevarían a cabo sacrificios
rituales, pornografía dura e incluso películas snuff, en las cuales se
tortura a la víctima y se la mata lentamente mientras una cámara graba
las escenas en un plano fijo.
Según unas declaraciones de Toole: "Hubo
una época en que ganábamos dinero vendiendo niños a México, que
empleaban para películas porno, otros los vendían directamente a gente
rica, teníamos una especie de altar y les rajábamos la garganta,
bebíamos la sangre y a veces cocíamos los cadáveres, a veces los nuevos
miembros cortaban los cuerpos antes de follárselo y después follaban a
los animales y los mataban y después había una gran fiesta durante la
cual comíamos a alguien y a los animales"
Esta cuestión presenta gran cantidad de
dudas, pues la Policía nunca pudo probar la existencia de este grupo de
satanistas como estructura organizada.
fuente: http://www.asesinos-en-serie.com
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