Por aquel entonces, los periódicos
publican las continuas desapariciones de mujeres; la Policía sospecha de
un tal "Hoffman", el cual también acabó desapareciendo.
Con el estallido de la primera guerra
europea, Bela fue disminuyendo sus viajes y sus citas, y éstas fueron
definitivamente ya imposibles cuando fue reclutado para luchar. Bela
alegó no poder enrolarse porque sufría del corazón pero tras hacerle una
revisión médica descubrieron que la enfermedad era falsa y lo
reclutaron. Antes de partir, le confía la llave del sótano al
Condestable, para que hiciera uso del combustible en caso de que él
muriera.
Cinco meses después el pueblo recibe la triste noticia de que Bela Kiss había muerto en un hospital militar de Belgrado.
El Condestable hizo pública la generosa
donación del húngaro y se dirigió a la casa de Kiss con algunos
soldados. Ya en el sótano, dos soldados intentaron mover alguno de los
bidones, pero desistieron objetando que dentro había algo sólido y que
pesaba demasiado. Los hombres abrieron el bidón y gritaron al unísono al
descubrir a una joven desnuda, estrangulada con una bufanda de seda y
conservada en litros de alcohol. Haciendo acopio de valor abrieron el
resto de los bidones y en cada uno de ellos descubrieron cuerpos
jóvenes, desnudos y asesinados del mismo modo conservados en alcohol.
Sólo un bidón contenía gasolina.
En los días siguientes, se hallaron 10
cuerpos más enterrados en el jardín y 12 en un bosque cercano. También
aparecieron, en el sótano de la casa, los cuerpos de María y su amante,
estrangulados.
En plena investigación, se confirma que
el principal sospechoso de las desapariciones de mujeres, "Hoffman", era en
realidad, el mismo Bela Kiss. Había mantenido correspondencia con más de 20
mujeres gracias a los anuncios matrimoniales de un periódico, los cuales
le permitieron conocer la posición económica de las candidatas
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