viernes, 8 de enero de 2016

Asesinos en Serie (Raymond Martínez y Martha Beck [IV])

El 28 de febrero de 1948, Raymond y Martha viajaron a Pennsylvania, lugar donde se encontraron con Esther Henne. Raymond y Esther se casaron en una pequeña ceremonia en Fairfax, Virginia. De acuerdo con las declaraciones de Esther, Raymond era un sujeto cortés, pero cuando ella no quiso firmar su póliza de seguros a su nombre, éste se molestó mucho.
Pronto Henne escuchó rumores sobre las otras mujeres de Fernández, cuando su coche desapareció, vendido por Raymond, Esther abandonó el apartamento, perdiendo cientos de dólares, pero posiblemente salvando su vida.
La pareja nuevamente comenzó a buscar una nueva víctima y pronto Myrtle Young de Greene (Arkansas) se convirtió en su blanco. El 14 de agosto de 1948, Raymond y Myrtle contrajeron matrimonio en el condado Cook, Illinois.
Martha actuó como la hermana de Fernández e hizo todo lo posible para que la pareja no consume su matrimonio, hasta el punto de dormir con ellos en la misma cama. Cuando Myrtle se quejó de esto, Raymond le dio una fuerte dosis de drogas que la indujeron a un profundo sueño. Fernández, con la ayuda de Beck, subió a Myrtle a un autobús con destino a Arkansas, donde en estado inconsciente la víctima fue bajada del bus por policías, falleciendo al día siguiente por una sobredosis.
La enfermiza pareja siguió viajando al Este, deteniéndose en pequeños pueblos donde Raymond había hecho contacto con otras mujeres. Tras robarles su dinero y posesiones, el siniestro dúo continúo buscando victimas más opulentas. Pronto el dinero empezó a escasear y, debido a que ninguno de los dos tenía trabajos reales, presionaron la búsqueda de nuevas presas.
Es así que se toparon con Janet Fey, una viuda de 66 años que vivía en Albany, Nueva York. Fernández, bajo el pseudónimo de "Charles Martin", estableció una relación por correspondencia con la viuda y el 30 de diciembre de 1948 Martha y Raymond llegaron al centro de Albany, y se registraron en un hotel como el Señor y la Señora Fernández
Al día siguiente, él apareció en la puerta de Janet con un racimo de flores. La viuda Fey era una mujer muy católica y tardó varios días en convencerla de que sus intenciones eran honorables. Cuando el “trabajo· estaba hecho, Fernández presentó a Martha como su hermana y después de pasear por la ciudad y almnorzar, Fernández le propuso matrimonio y Janet aceptó. Pronto hicieron planes para mudarse a Long Island y llegar a un departamento que Martha había alquilado. Durante la primera semana de enero de 1949, Janet visitó varios bancos para limpiar sus cuentas, acumulando alrededor de $6,000 en cheques y efectivo.

 

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