viernes, 8 de enero de 2016

Asesinos en Serie (Raymond Martínez y Martha Beck [VI])

Al poco tiempo Raymond cavaba una tumba más pequeña a lado de Delphine. En los días siguientes, la pareja cobró todos los cheques que encontraron de Delphine y saquearon la casa de todos los objetos de valor que encontraron. Finalmente con todo preparado para la huida, la pareja optó por ir al cine. A la mañana siguiente, cuando estaban a punto de salir, Raymond atendió la puerta y se encontró con dos serios policías. Gracias a vecinos preocupados, el terrible dúo fue arrestado el 28 de febrero de 1949.
Una vez que la pareja estaba bajo custodia policial, fueron llevados al condado de Kent, donde se les interrogó. El dúo ya estaba resignado ante su inminente final y no solicitaron un abogado. Fernández admitió que no era un simple asesino, y relató a la Policía una historia de sexo y decepciones. El abogado de Distrito, Roger O’ McMahon, les aseguró que si cooperaban no serían entregados a la Policía de Nueva York. Esto fue un alivio para la pareja puesto que no había pena de muerte en Michigan. Al día siguiente, el caso de los asesinos de corazones solitarios estaba en los diarios de toda la nación.
La presión de los tabloides neoyorquinos crecía rápidamente y muchas personas demandaban la muerte de la pareja por el asesinato de una niña. Mientras el Gobernador de Nueva York, Thomas Dewey hizo un trato con el Estado de Michigan, que consistía en usar los cargos por el asesinato de los Downing en un juicio en Nueva York, para hacer justicia por la muerte de Janet Fay. Durante la ola de calor que azotó la nación ese verano, el juicio de Martha Beck y Raymond Fernández se llevó a cabo el 28 de junio de 1949. La sangrienta pareja fue representada por un solo abogado, Herbert E. Rosenberg; aunque esto era una violación ética, fue permitido dada las circunstancias del caso.
En el juicio se mostraron fuertes evidencias sobre los asesinatos, también asistieron amigos y familiares de las víctimas, en especial de parte de Janet Fay. Fernández, frente a la corte aceptó toda la culpa de sus crímenes a cambio del bienestar de Martha. El 22 de agosto de 1949, el juez Ferdinand Pecora sentenció a la pareja a morir en la silla eléctrica el 10 de octubre del mismo año.
Al cabo de una hora la pareja estaba en camino a la prisión de Sing Sing, cerca del río Hudson. En la cárcel Martha hizo una lista de visitantes permitidos, la que incluía a su ex esposo Alfred Beck, su hermano y 3 hermanas, también añadió a su hijo Anthony de 4 años y a Willa Dean de 5 años de edad. No los había visto desde que los abandonó en las oficinas del “Salvation Army”. Por su parte, Fernández le escribió una carta a su esposa Encarnación Robles, quien le respondió deseándole lo mejor. Raymond y Martha se reconfortaron por medio de cartas en prisión.
Después de varias apelaciones la fecha de ejecución se prolongó hasta el 8 de marzo de 1951. Martha Beck se convirtió en la sexta mujer en ser ejecutada en el Estado de Nueva York durante el siglo XX. La última comida de Martha consistió en pollo frito, sin alas, patatas a la francesa y una ensalada de lechuga y tomate. Fernández ordenó una tortilla con cebolla, patatas fritas, chocolate y un habano cubano. Finalmente Martha le envió a Raymond una carta profesándole su amor, ante esto él respondió que estaba listo para morir y que era la mejor carta que había recibido.
A las 11 de la noche, Raymond Martínez Fernández fue ejecutado en la silla eléctrica, sus últimas palabras fueron un alarido que declaraba su amor por Martha. Cuando fue el turno de Beck, ella tuvo problemas para acomodarse en la silla, aunque no dijo sus últimas palabras, en silencio su boca dijo la frase "adiós". A las 11:24 pm, Martha Beck Seabrook falleció, terminando con su muerte aquella macabra historia de amor.

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com

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