miércoles, 7 de octubre de 2015

Misterios en la Peninsula Iberica (El Fantasma de la Diputación de Granada [II])

Como los fenómenos se repetían de forma reiterada llegando a atemorizar al personal, los directivos encargados del centro recurrieron a los servicios de una asociación de parapsicologos (Omega) para que realizaran una profunda investigación en el lugar donde los voluminosos lances se concentraban a menudo.
Durante la primera madrugada de infructuosa labor los asistentes que participaron en la investigación tuvieron conocimiento de toda una cadena de manifestaciones sobrenaturales: luces que aparecian y desaparecian, un objeto que lesiono a uno de los parapsicologos e incluso pudieron distinguir una figura eterea...
Eso no sería lo único conseguido. Varios miembros del grupo vieron una especie de “monolito” luminoso formado como por humo concentrado que surgía de un muro y se desplazaba pegado a la pared hasta que se introducía en una pequeña habitación que servía de archivo y desaparecía. Incluso uno de los presentes sufrió una agresión que fue posteriormente certificada como la mordedura de una mandíbula pequeña.
Se elaboró un retrato robot de la “forma” que vieron los investigadores y que fue emitido por televisión e identificado como el padre Benito, último sacerdote de la iglesia de la Magdalena, a quien su orden religiosa había prohibido donar su herencia para los niños pobres de Granada.
 
Tambien cuentan que cierta vez los caballos que tiraban del carruaje con el que trasladaban a los muertos hasta la parroquia se desbocaron y en su carrera mataron a varios transeúntes, y fue por lo que el gobernador Mendizábal ordenó su traslado del cementerio hasta otro lugar de la ciudad. Es una leyenda más de lo que ocurre en la Diputación

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