
El buen relojero comrprobó que los oficios dan pocos beneficios, y decidió que el hijo mayor había de estudiar, porque solamente los estudios podían redimir a los pobres de sus desventuras. Y el hijo mayor estudió, y se dedicó a la medicina. Se exilió acabada la guerra y actualmentes es un ortopeda de renombre mundial. El hijo pequeño, nuestro personaje, también estudió, sufrió la guerra, soportó la paz, continuó estudiando, mientras mantenía a la familia, y fue pintor, matemático, y más tarde, arquitecto.
Al finalizar sus carreras, trabajó de profesor univresitario. En su última etapa pedagógica, fue el encargado de las Cátedras de Ampliación de Maremáticas y de Mecánica Racional en la Escuela de Arquitectura de Barcelona (1956-1962).
Ganó las oposiciones para ser arquitecto municipal (1946). Obtuvo premios en concursos. Fue el Jefe de la Unidad del 'Pla de la Ciutat' de Barcelona (1978-1980) y Jefe de Servicios del Patrimonio Arquitectónico del Departamento de Cultura de la Generalitat (1982-1984). En su etapa de Regidor del Ayuntamiento de Barcelona, presidió la Ponencia de la Nomenlatura de las calles de la ciudad y la Comisión de Diseño (1980-1983).
En su vida profesional realizó más de 200 edificios de nueva planta de usos y características diferentes en Cataluña y Mallorca, y más de 300 obras de ampliación, reforma o remodelación. En 1986 se jubiló de funcionario y de arquitecto. Y, una vez jubilado, decidió continuar pintando y escribiendo.
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