martes, 29 de noviembre de 2016

Literatura Catalana (Joan Brossa i Cuervo [II])

La lectura de filosofía y religiones orientales, en especial sobre el zen le reafirman en su vivencia de la importancia de la sencillez de las cosas y la búsqueda del equilibrio, que se traduce en miles de poemas libres, directos y sin retórica alguna. No desdeña, sin embargo, la perfección formal, para lo cual los simultanea con el soneto (como su referente Mallarmé), la oda en estrofa sáfica y singularmente en la sextina, dificilísima composición poliestrófica de origen medieval.
La aparición en 1970 de su volumen "Poesía rasa", recopilación de diecisiete libros de poesía que habían tenido una ínfima difusión en su momento o que se hallaban aún inéditos, supuso un fuerte revulsivo para el panorama literario catalán, todavía sujeto a censura y a obstáculos por motivos idiomáticos. Tras la aparición de otros volúmenes recopilatorios de obras anteriores "Poemes de seny i cabell" (1977, ocho libros); "Rua de llibres" (1980, siete libros), y "Ball de sang" (1982, ocho libros), Brossa ya no dejará de publicar con regularidad hasta su muerte, dejando con todo algunos materiales inéditos.

La literatura de Brossa, de dimensiones enormes y que en parte aún no ha visto la luz, fue redactada exclusivamente en lengua catalana. En total públicó unos ochenta poemarios. Ha sido objeto de traducciones al español, al francés, al inglés, al alemán, al italiano, al portugués, al sueco, al neerlandés, al húngaro, al serbo-croata, al polaco, al checo, al japonés, al euskera, al ruso, al macedonio y al esperanto. Gracias a la inmediatez de su poesía visual, objetual y corpórea ha llegado a ser universalmente conocido, aun a riesgo de que el género más cultivado por el poeta, el literario en general, siga siendo casi desconocido incluso en ambientes internacionales que valoran a Brossa como artista plástico de referencia.
La obra de Brossa, sea cual sea el género que pratique, está impregnada de visualidad y de carácter plástico -casi fotográfico- hacia la realidad cotidiana del lector/contemplador/espectador, al que se exige una implicación en el proceso comunicativo que el poeta propone entre ambos. En este sentido, el artista no actúa sino como detonante del potencial de cada uno. Para motivarlo, las armas de Brossa son la sorpresa, la sátira, la ironía e incluso la irreverencia. En su opinión, de la forma se derivará el contenido, y en consecuencia su obra se vale a menudo del juego de palabras, incluso del juego de letras, capaz de impactar en destinatario desde el primer momento. Naturalmente eso no comporta trivialidad sino todo lo contrario: el mensaje político, social y patriótico catalán se emite de forma contundente e inmediata.

Joan Brossa fue galardonado con los premis Crítica de Serra d'Or (en cinco ocasiones: 1971, 1974 -en dos categorías-, 1978 y 1996), Lletra d'Or (1981), Ciutat de Barcelona (1987), Medalla Picasso de la Unesco (1988), Nacional de Artes Plásticas (1992), Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1995) y Nacional de Teatro de la Generalitat de Catalunya (1998). Era miembro de honor de l'Associació d'Escriptors en Llengua Catalana. En 1999 y a título póstumo (falleció veinte días antes de su octogésimo aniversario, fecha programada para la ceremonia) fue investido doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Barcelona.
En enero de 2012 la fundación que lleva su nombre depositó en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona su monumental legado, más de 64.000 ítems para la custodia y digitalización del mismo

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