miércoles, 8 de junio de 2016

Historia de Catalunya (Los Condados [XVIII])

El Condado de Girona [II]

El pagus de Besalú había formado parte del condado de Girona hasta que Guifré "el Pilós" nombró a su hermano Radulfo, conde de Besalú, con la condición de que, a su muerte, el condado pasaría a los descendientes de Guifré I.

El conde Sunyer I de Barcelona, Girona y Osona, hijo de Guifré "el Pilós", tuvo que enfrentarse a su hermano el conde Miró II de Cerdanya que, como hijo superviviente de más edad, pretendía obtener la herencia de Barcelona. La disputa se resolvió con un acuerdo por el que Sunyer obtenía el reconocimiento de Miró, a cambio de cederle el Ripollés, incluido hasta entonces dentro del condado de Osona. Los conflictos entre los dos hermanos reaparecieron no mucho después. En una fecha incierta entre el año 913 y el 920, murió el conde Radulfo de Besalú, hermano de Guifré "el Pilós"; entonces, Miró, presionando con sus derechos sobre Barcelona, Girona y Osona, se impuso, y Besalú, a pesar de haber sido un pagus del condado de Girona, fue vinculado al condado de Cerdanya.

Después de la separación de Besalú, el condado de Girona quedó configurado por el límite con el condado de Empúries, por debajo de Banyoles y el Castell de Finestres, hacia las Guilleries, sin la Plana d'en Bas, y por el actual límite del obispado de con los límites de Susqueda, Osor, Sant Hilari de Sacalm, Joanet y Espinelvaes, hasta el coll de Sant Marçal, por los límites de Arbucies y del Castell de Montdosrius, con Breda, Hostalrich, Tordera y el Castell de Montsoriu y con sus parroquias hasta Arenys de Mar
A pesar de estar unido siempre al condado de Barcelona desde finales del siglo IX, el condado de Girona tuvo una entidad propia visible en la existencia del vizcondado de Girona y en la acuñación de moneda propia. La expresión: condado de Girona se mantuvo viva hasta el siglo XIII, cuando fue sustituida por la de veguería de Girona.

Al formarse las sagas condales después del fin del poder carolingio, el condado de Girona fue regido siempre por los condes de Barcelona. En el año 1351, el rey Pere "el Ceremonios", al nombrar a su heredero, le atorgó el título de Duque de Girona, elevando el condado a ducado, el cual abarcaba territorios de los Condados de Girona, Besalú, Empúries y Osona, instituyendo así el título de Príncipe de Girona que, por tanto, viene de la Corona de Aragón.
El 19 de febrero de 1416, el rey Fernando I "el de Antequera", consideró que el título de duque era insuficiente, y lo enalteció erigiendo el Principat de Girona.

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