jueves, 24 de marzo de 2016

Asesinos en Serie (Gerald Eugene Stano [V])

Tras su escalofriante declaración se abrieron nuevos casos contra Stano, quien el 8 de junio de 1983 empezó a ser juzgado por el asesinato de Susan Bickrest y Mary Muldoon. Fue sentenciado a muerte por el juez Foxman. No mostró ninguna emoción al escuchar la pena y fue trasladado de nuevo a la prisión donde estaba cumpliendo sus tres cadenas perpetuas.
En Septiebre de 1983 fue llamado nuevamente por el asesinato de Cathy Lee Scharf, usándose una confesión grabada de Stano donde afirmaba haber subido al coche a la víctima, cuando esta hacía autostop, para luego asesinarla. El jurado nuevamente le condenó a muerte y más tarde se ratificó la sentencia cuando su apelación fue desestimada dos años después.
Se fijó como fecha para su ejecución el 2 de julio de 1986, sin embargo las apelaciones y autorizaciones de muerte retrasaron la fecha hasta el 30 de mayo de 1997. Una vez más Stano alargó su vida pues la silla eléctrica donde iba a ser ejecutado tuvo un mal funcionamiento en la ejecución de Pedro Medina, causando que la cabeza del reo prendiera causando llamas de casi 30 centímetros de altura. Esta circunstancia ocasionó que Old Sparky, nombre que recibía la silla eléctrica que servía para las ejecuciones, fuera desconectada para su comprobación durante 1 año. Los investigadores, eventualmente, dictaminaron que el malfuncionamiento se debió a la inadecuada aplicación de las esponjas conductoras en el casco de la silla, autorizando de nuevo su uso.
 urante todos esos años que consiguió gracias a apelaciones, recursos y demoras, Gerald Eugene Stano confesó el asesinato de un total de 41 mujeres. Mucha gente dudaba que realmente cometiera tal cantidad de crímenes y atribuía el alto número a que alguien que desde el exterior le filtraba datos de asesinatos que no estaban resueltos, siendo que él confesaba ser el autor con el fin de hacer crecer su “leyenda”.
Finalmente el 23 de marzo de 1998, sin más posibles recursos o apelaciones fue ejecutado. Stano no se arrepintió de nada y decidió no aprovechar la oportunidad de decir algo. Miró fijamente hacia adelante mientras era atado y la ejecución ocurrió sin incidentes.
Después, sus abogados distribuyeron una comunicación escrita de Stano donde daba las gracias a sus amigos: 
- "Sepan que los amo a todos y que aprecio su cariño. Gracias por permanecer a mi lado cuando la gente los ridiculizó… Soy inocente.".


No hay comentarios:

Publicar un comentario