En el año 1959, en su exilio en Francia, recibió la carta de un compañero arrestado en Barcelona y condenado a 30 años de prisión. Como
hombre leal con sus amistades y de acción, decidió realizar una
incursión en territorio español junto a los hombres de su partida de
maquis. Del
17 de diciembre de 1959 al 3 de enero de 1960, Quico y sus hombres
(Antoni Miracle Guitart, Roger Madrigal Torres, Francisco Conesa Alcaraz
y Martín Ruiz Montoya) lograron evadir las patrullas, primero de la
policía francesa y posteriormente de la Guardia Civil apostadas por el Pirineo. Pero
finalmente, el día 4, encontrándose refugiados en una masía, el "Mas
Clarà", ubicada en las montañas entre Girona y Banyoles fueron
acorralados por la guardia civil. Tras
un intenso tiroteo, murieron todos los hombres de la partida de Quico
excepto él, que logró huir, aunque gravemente herido en una nalga, un
muslo y en el cuello. Casi
milagrosamente en su estado, cruzó el río Ter y llegó a Fornells de la Selva (Girona), donde
subió a un tren con la intención de llegar a Barcelona. Descubierto
por el maquinista, saltó a otro ferrocarril, pero la guardia civil ya
estaba sobre la pista para el aviso de los ferroviarios. En
las proximidades de Sant Celoni (Barcelona) saltó del tren en marcha y, ya en el
pueblo, cuando buscaba un médico para que la atendiera, tras un tiroteo
con el somatén Abel Rocha, cayó muerto. Eran las 8 de la mañana del 5 de enero de 1960 y Quico tenía 44 años.
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