El primer dispositivo que colocó, una
caja de cigarros que contenía cabezas de cerillas y detonadores, fue
encontrada en el parking de la Universidad de Illinois (Chicago) el 25
de mayo de 1978. Esta bomba iba dirigida a un profesor del Instituto
Politécnico de la Universidad, pero se reenvió a la Universidad de
Northwestern, donde explotó hiriendo a un vigilante de seguridad del
campus que abrió el paquete por considerarlo sospechoso.
El segundo dispositivo explotó en la
Universidad de Northwestern casi un año después, el 9 de mayo de 1979,
hiriendo levemente a un estudiante.
Pero fue la explosión de la tercera
bomba colocada en la panza de un Boeing 727, durante un vuelo comercial
entre Chicago y Washington realizado el 15 de noviembre de 1979, lo que
llevó al FBI a involucrarse en el caso. La bomba la activó con un
barímetro casero que había sido modificado para funcionar como un
altímetro. Cuando el avión alcanzó los 35,000 pies, el dispositivo
completó un circuito eléctrico que encendió una masa de pólvora. La
bomba casera comenzó a arrojar humo en el compartimento. Los pasajeros
jadeaban para poder respirar cuando el humo alcanzó la cabina principal.
Las máscaras de oxígeno salieron a cumplir su cometido y la tripulación
comenzó a prepararse para una aterrizaje forsozo en Dulles
International Airport, de Virginia. Los pasajeros y la tripulación
fueron evacuados por la puerta de emergencia y doce de ellos fueron
enviados al hospital para ser tratados por inhalación de humo. Cuando la
fuente de la explosión fue examinada, descubrieron una bomba casera, otra vez en una caja de madera; que había sido enviada por correo aéreo
desde Chicago. Claramente, el bombardero no podía saber el vuelo que
llevaría su paquete, así que las autoridades concluyeron que no era un
ataque específico sobre American Airlines.
Esta tercera acción supuso que se
conocieran las dos primeras, colocando a los federales en una larga e
infructuosa búsqueda del “luddita letal” de América. Esta nueva
situación no detuvo a Theodore Kaczynski que envió a Percy Wood,
presidente de United Airlines, un libro bomba que le hirió el 10 junio
de 1980.
Dado que atentar contra un avión es un delito federal en los Estados Unidos, el FBI se hizo cargo del incidente e inventó el nombre UNABOM. También se llamó al sospechoso "Junkyard" Bomber debido al material usado para frabricar las bombas, que era ordinario y poco profesional (junkyard significa “chatarrería”). En 1980, el agente en jefe John Douglas, trabajando con los agentes de la Unidad de análisis del comportamiento del FBI, emitió un perfil psicológico del terrorista aún sin identificar en el cual se le describía como un hombre con inteligencia superior a la media y con estudios. Más tarde se cambió el perfil para redefinir al terrorista en cuestión como un neoludita con estudios superiores en ciencias. Sin embargo este perfil psicológico fue descartado en 1993 en favor de una teoría alternativa desarrollada por analistas del FBI, que se concentraba en las pruebas físicas recogidas de los restos de explosivos. En este perfil se declaraba que el sospechoso era un simple mecánico de aviones. Se estableció una línea directa en el número 1-800-701-BOMB para recibir cualquier llamada relacionada con la investigación y una recompensa de un millón de dólares para aquel que pudiera dar información que llevase al arresto del "Unabomber".
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