En 1978, Nilsen conoce a un joven en un bar y le invita a su apartamento, donde mantienen relaciones sexuales. A la mañana siguiente, Nilsen se despierta y al ver a su compañero de cama durmiendo, se da cuenta de que ya falta poco para que su compañero se vista y se vaya. En ese momento, Nilsen toma una corbata y lo estrangula, para luego ahogarlo en agua y observar su cadáver. A la mañana siguiente, Nilsen bañaría el cadáver y lo llevaría a su cama, donde mantuvo relaciones sexuales con él (necrofilia). Luego guardaría el cadáver bajo las tablas de su habitación. Siete meses después, juntaría los restos y los quemaría en una fogata. Así, Nilsen asesinaría a 14 hombres, estudiantes, indigentes o parejas suyas, a los que estrangularía, ahogaría, descuartizaría y tiraría sus restos por el desagüe.
El 3 de febrero de 1983, en el número 23
de Cranley Gardens, al norte de Londres, los ocupantes descubren que
sus lavabos están atascados por enésima vez. Otras averías similares ya
habían derrotado con anterioridad a un fontanero local, y ese día
llamaron al fontanero de una compañía privada para que les ayudase en la
tarea.
Lo primero que hizo el fontanero fue
inspeccionar la fosa séptica que había junto a la casa, diciendo que en
toda su vida profesional nunca había olido una pestilencia tan increíble
como la que salía de allí. Al dirigir su linterna hacia el fondo del
agujero de tres metros, se llevó la desagradable sorpresa de ver una
capa de un líquido blanquecino viscoso salpicado por unas manchas de
algo que parecía sangre. Al bajar al agujero descubrió trozos de carne
putrefacta, algunos de ellos con pelo adherido a la piel. Inmediatamente
se avisó a la policía, quien realizó una inspección de la fosa al día
siguiente y encontró más fragmentos de carne y huesos, identificados
rápidamente como humanos.
Entre los residentes se encontraba Dennis A. Nilsen, de 37 años. Dennis
era un hombre alto, delgado, con los hombros ligeramente inclinados
hacia adelante y pelo castaño. Tenía una actitud franca y directa, una
gran inteligencia y mirada fija y penetrante. Cuando regresó del trabajo
a su casa, la tarde del miércoles 8 de febrero, fue recibido por tres
detectives de la policía, expresó cierta sorpresa por el hecho que la
policía se interesara por algo tan insignificante como un drenaje
atascado
Uno de los inspectores se dejó llevar por su experiencia e intuición y,
desconfiando replicó rápidamente diciéndole que no les hiciese perder el
tiempo en pesquisas y que les mostrase el resto del cadáver. Para gran
sorpresa del inspector, la respuesta de Dennis fue: "Dentro de dos
bolsas de plástico en el armario. Venga, se lo enseñaré". Atónitos, le
preguntaron si se trataba de un cadáver o dos, a lo que respondió,
encogiéndose de hombros con resignación, que era una larga historia y
que prefería contarlo en un lugar más tranquilo, en la comisaría por
ejemplo, puesto que era un alivio el poder desahogarse.
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