miércoles, 20 de enero de 2016

Leyendas en Catalunya (Joan Serra)

Joan Serra, alias "La Pera". Nacio en Valls,? - falleció en Valls (Tarragona) en 1815. Fue un bandolero catalán. Joan Serra ha sido inmortalizado por la canción de Lluís Llach El bandolero. En "La Pera" fue muerto descuartizado en Valls (Tarragona) en 1815, en el cruce de las calles de la Carnicería, los Judíos y de San Antonio y San Simón, acusado de crímenes cometidos en varios pueblos y caminos del Camp de Tarragona.Dice la leyenda que en Valls un grupo de niños entró a robar peras en el huerto del Carmen. El propietario los descubrió y le dio un tortazo a uno de los niños: Joan Serra. Éste, lejos de asustarse le respondió: "lo que acabas de hacer no lo he de olvidar, los niños crecen." Y, evidentemente, creció y se hizo soldado.
El 30 de diciembre de 1809, en plena Guerra de la Independencia con poco más de veinte años, Sierra vivió su particular bautismo de sangre. Había sido reclutado en la última novatada y ese día formaba parte de una partida de tropa que, bajo el mando del sargento Francisco Rosell, entraba en el Pla de Santa María para descansar unas horas antes de reanudar la marcha. Durante la parada, en Sierra tomó la barretina a una joven, que denunció el hecho al sargento. Este mandó formar la tropa y, como el autor del hurto no confesó, registró uno por uno todos los soldados, así que encontró la barretina en posesión de Serra. El castigo no pasó de una leve reprimenda pública, una vejación demasiado severa en los ojos de Sierra que, poco después de reanudar la marcha, se ofreció a llevar el fusil a un soldado de más graduación y, con el arma de fuego en las manos, apuntó al sargento Rosell, le disparó y lo mató al instante
Lo primero que hizo una vez fuera de la ley fue matar al campesino que le había dado la bofetada (de ahí su apodo: había matado a un hombre por una pera ...). Su carrera delictiva fue aumentando el número de cadáveres a su conciencia. Según la leyenda, por cada muerte encendía dos velas en la ermita del Carmen de Valls, y que, antes de matar a la víctima, le dejaba tiempo para que rezara un credo. Fue detenido cuando estaba en casa de su compañera, en el Mas d'en Simó. Trasladado a Valls fue juzgado, condenado y descuartizado. Sigue diciendo la leyenda que antes de morir pidió que le encendieran dos cirios a la ermita del Carmen, María, su compañera enloqueció y murió poco después: nadie cumplió su última voluntad. 

 

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