
Estratégicamente, la posición de Roger de Flor y Berenguer de Entenza en Bizancio favorecía el proyecto Rex Bellator de Ramon Llull, que proponía en su "Liber de Fine" la ruta del Sur (Almería-Granada-Norte de África-Egipto) para proseguir la Cruzada, con ventaja de los reyes de la Corona de Aragón, en caso de que hubiesen conseguido encabezar las órdenes militares unidas.
Sin embargo, la situación de los almogávares en el imperio no era cómoda. Por una parte, al parecer cometieron excesos con la población griega local. Por otra, parece que la ambición de Roger de Flor era grande y pretendía erigirse en soberano de los territorios conquistados. Finalmente, su creciente ambición e influencia despertaron la hostilidad de Miguel IX, hijo de Andrónico II y asociado al gobierno del imperio. Así, éste le hizo asesinar en Adrianópolis durante un banquete junto con más de un centenar de jefes almogávares (5 de abril de 1305), y atacó posteriormente a las tropas almogávares. Sin embargo, no sólo no pudieron acabar con ellos, sino que los supervivientes, bajo el mando de Berenguer de Entenza, contraatacaron y arrasaron todo cuanto encontraron a su paso en Tracia y Macedonia (hechos conocidos como "La Venganza Catalana"). Finalmente se creó un ducado (Atenas y Neopatria) nominalmente dependiente de la Corona de Aragón
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