Esta repugnante práctica hizo que todas
las matronas de la Maternidad del hospital Kotobuki presentaran su
renuncia de inmediato. Mientras, Ishikawa comenzó con su ola de
infanticidios; una vez que el bebé nacía ella lo abandonaba y por ende
el bebé perecía ante la falta de cuidados.
Sin embargo Miyuki no se detuvo y pronto
comenzó un negocio de muerte con su esposo Takeshi, convenciendo a los
padres de pagar alrededor de 4000 yenes, cantidad que no se comparaba a
los gastos que representaría mantener a estos niños "no deseados". A
cambio ella les libraría de la carga de forma permanente.
La carrera criminal de la Matrona
Asesina terminó el 12 de enero de 1948, cuando 2 oficiales del
Departamento de Policía de Waseda investigaron la casa de Nagasaki
Ryutaro, persona que trabajaba para una funeraria. Cerca de la vivienda
de Ryutaro se encontraron 5 sospechosas cajas de madera. Tras interrogar
al hombre de 54 años sobre las cajas, este reveló que provenían de la
Maternidad del hospital Kotobuki y su trabajo era llevarlas al
crematorio. Los oficiales arrestaron Ryutaro, una vez en la estación de
Policía el hombre confesó que había hecho lo mismo con 30 cajas y que
por cada bebé recibía la suma de 500 yenes.
Tras realizar las autopsias en los
infantes, descubrieron que no habían fallecido por causas naturales. Los
bebés no tenían comida en sus estómagos, también sus pulmones mostraban
síntomas de neumonía y sus cuerpos estaban desnutridos. Los
investigadores concluyeron que la muerte de los infantes había sido
intencional.
Los oficiales arrestaron a la pareja el 15 de enero de 1948. Durante el
interrogatorio se descubrió que Miyuki no les daba de beber leche, lo
cual irritaba a los infantes y por su llanto constante morían sofocados o
bien morían por hambruna.
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